- La quinta ola ha dado en Euskadi el golpe de gracia en el número de casos positivos. La escalada de contagios de coronavirus ha tenido su culmen en julio que se ha confirmado como el peor mes en número de nuevas infecciones. Solo en la última quincena se han contabilizado la friolera de 22.203 nuevos casos. Fue el pasado día quince de julio, cundo la curva empezó un ascenso vertiginoso con 1.217 positivos y todos los días, salvo el domingo 25 (con 942) y el sábado 31 (con 927) se ha rebasado con creces el millar de nuevas infecciones. El pico más alto se produjo coincidiendo con el último LABI del 22 de julio, con 1.801 casos.

Pero no solo los contagios han pulverizado récords, también las tasas de incidencia se han situado en las cotas más altas de la pandemia con 870 casos por cien mil habitantes, el pasado día 29.

La variante delta ha sido catastrófica y ha echado atrás las buenas expectativas creadas por la vacunación. El miércoles 21, la consejera Gotzone Sagardui se veía obligada a reconocer en el Parlamento Vasco lo evidente, es decir, la gravedad de la situación y la mala evolución de la pandemia, pronosticando que los próximos días iban a ser peores “porque se están incrementando las relaciones sociales y el virus se está propagando entre la población que todavía no ha recibido la vacuna, los más jóvenes”.

“Según va avanzando la vacunación, se reduce la gravedad de la enfermedad, la hospitalización, los ingresos en UCI y la mortalidad, pero se están incrementado las interacciones sociales”, indicó la consejera de Salud.

Las elevadas cifras de nuevas infecciones han batido también marcas en la positividad, es decir el número de casos de coronavirus por prueba diagnóstica realizada. Así, la pandemia cerró julio con una positividad en Euskadi del 12,4 %, más del doble que el 6,1% que marcó el día 1 de ese mes. El día 14 se situó por encima del 10% por primera vez en ocho meses, y tocó techo el 24 con 14,1%.

De hecho, julio ha sido un mes con la mayoría de los indicadores en rojo. El mes pasado, Euskadi volvió a la zona roja, con más de 400 casos por 100.000 habitantes, y durante toda la última semana ha habido más de 70 municipios vascos de más de 5.000 habitantes en alerta, con máximo riesgo de transmisión.

La situación hospitalaria también ha empeorado notablemente. Si bien la Atención Primaria es la que empieza a estar más saturada, en los complejos hospitalarios también se ha notado el aumento de pacientes infectados. Se han casi duplicado los enfermos en las UCI de los 33 que había el 1 de julio a los 63 que necesitaban el sábado cuidados intensivos. Además, mientras que al inicio del mes eran 63 los pacientes en planta, el pasado jueves, último día con información oficial, la cifra se elevaba a 243.

En esta línea, la consejera de Salud, reconocía la elevada presión asistencial de esta quinta ola, aunque matizando que la “correlación” entre infecciones y hospitalizaciones no es la misma que en anteriores olas, “y tampoco los fallecimientos”. Uno de los pocos datos positivos es que el R0, que indica a cuántas personas puede infectar un enfermo, ha descendido de, 1,41 del primer día de mes a 0,94 el pasado jueves, lo que podría suponer un cambio de tendencia en la evolución de la pandemia en las próximas jornadas.