on una sensación “agridulce” y con las manos casi vacías. De este modo regresó dos horas después de zarpar del puerto de Pasaia un operativo que partió al mediodía hacia la zona de Bancha del Oeste, más allá de la bocana y frente a la costa de Ulia, con la intención de retirar una red trasmallo del fondo marino.

El propósito era extraer una red fantasma, es decir, una red perdida o abandonada que en su día quedó a la deriva y que ahora está sumergida entre las rocas a una profundidad de entre 25 y 30 metros.

Seis submarinistas de Buceo Donosti comenzaron la inmersión, pero al llegar al fondo las dificultades del terreno complicaron la operación. Según cuenta uno de los miembros del grupo ecologista Eguzki, Oscar Padura, la parte más gruesa de la red se encontraba debajo de las rocas, lo que únicamente permitió recuperar parte de ella.

Los buceadores se afanaron por sacar la red que supone una trampa mortal para ciertas especies. Pero la exigencia de no permanecer bajo el agua más tiempo que el permitido hizo que la maniobra no obtuviera el éxito deseado.

“Estamos contentos porque hemos conseguido una colaboración inédita, que permite concienciar a la sociedad sobre las consecuencias de los residuos en el fondo marino pero a su vez nos llevamos una sensación agridulce”, sentenció Padura.

En el operativo, además de miembros de Eguzki y los submarinistas de Buceo Donosti, participó la Guardia Civil, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), y el centro científico y tecnológico AZTI.

A pesar de las dificultades que presenta el rescate de la red está previsto volver a hacer otra inmersión para recuperar la trama que queda en el fondo marino, aunque no haya fecha para ello, ya que según aclaró Padura, “depende de las mareas o de los equipos disponibles”.