- El perfil mayoritario de las personas migrantes que recalan en el centro de acogida guipuzcoano es el de hombres jóvenes (77%). El cierre de las fronteras impuesto por la crisis sanitaria que ha traído la pandemia ha provocado una serie de cambios en los flujos migratorios, y también “en el propio perfil de las personas que han podido llegar a nuestro país”, según remarca la directora del centro, Arantza Chacón.

Por ese motivo, las habitaciones del albergue tolosarra se han ido adaptando paulatinamente al tipo de perfil y “a realidad de cada momento”, explica la responsable.

Así, la planta baja del albergue se ha puesto a disposición de la única familia que se encuentra actualmente en Zuloaga Txiki, junto con un hombre que tiene diversidad funcional.

Aun así, la directora asegura que no todas las personas con protección internacional necesitan un albergue o un lugar para dormir. Precisamente, en función del análisis que realizan las trabajadoras sociales de CEAR y de CEAR-Euskadi, se les ofrece la posibilidad de entrar en uno de los centros.

Para ello, Chacón explica que se analiza cuál es la realidad de la persona solicitante -el perfil o la situación en la que se encuentra- y se valora la opción más idónea en función de las plazas disponibles en los centros.

Chacón destaca la importancia de conocer, sentirse seguro y acogido, y “quitarse la mochila, las inseguridades y las desconfianzas: Necesitamos demostrar que estamos dispuestos a apoyar y a acompañar”.

Precisamente, uno de los objetivos del centro tolosarra es generar un espacio de convivencia con el entorno, “porque la sociedad la formamos todas las personas que somos vecinas de Tolosa”. Por ese motivo, asegura que la convivencia es la “base de la vida” y, en el momento en que estas personas entran en el centro, se les explica que “Zuloaga Txiki lo construimos entre todos”.