Las estaciones meteorológicas de la cuenca del Añarbe registran los datos de mayor precipitación media anual de toda la península. Todas ellas superan los 2.000 l/m2 anuales y Artikutza alcanza los 2.500 l/m2, siendo el punto de mayor precipitación de toda la Península Ibérica. De hecho, este año, una de sus estaciones, la de Eskas, en Goizueta, ha registrado las mayores precipitaciones en primavera, la única por encima de los 300 litros por metro cuadrado. Menos de lo habitual aún así.

Pese a ello, históricamente se han dado algunos episodios de sequía. El más grave se produjo entre los años hidrológicos 1988-89 y 1989-90. Entre octubre de 1988 y marzo de 1990 las precipitaciones cayeron casi a la mitad. Los meses de noviembre de 1988 (-90%) y mayo de 1989 (-74%) fueron los más secos en los 50 años que se disponen registros.

Además, se dieron otros meses muy secos como octubre de 1988 (-85%), enero de 1989 (-80%) o diciembre de 1989 (-90%). El volumen mínimo histórico almacenado en el embalse de Añarbe se dio el 18 de enero de 1990 con 9.332.055 metros cúbicos de agua, lo que supone el 25,03% de la capacidad del embalse frente a un 74% que registra hoy.

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La sequía provocó que en Donostia se tuvieran que realizar cortes en el suministro de agua de doce de la noche a seis de la madrugada durante cuatro meses y medio, entre el 21 de diciembre de 1989 y el 1 de mayo de 1990. En Bilbao y Gasteiz las restricciones duraron casi 16 meses, llegando a ser de hasta 12 horas diarias.

No se han repetido niveles tan reducidos nunca, aunque posteriormente el embalse ha estado en distintos momentos en el entorno o por debajo del 50%: El 30 de septiembre de 2003: 52,5%; el 5 de febrero de 2002: 46,6%; y el 2 de diciembre de 1995: 42,5%.

La situación actual de Añarbe no es la ideal. Del 1 de marzo hasta el pasado jueves ha perdido 16 puntos, del 90% al 74% y su cota media de los últimos cinco años por estas fechas es del 89,5%. Ahora, con un 74% justo antes del verano, “lo normal sería que hasta septiembre u octubre tenga tendencia a la baja, pero nada preocupante”, aseguran fuentes de Añarbeko Urak.

Sobre todo porque en los últimos años la eficiencia del embalse ha hecho que su capacidad sea mayor. Un dato: hoy le pedimos un 42% menos de agua al embalse, lo que supone una garantía de abastecimiento enorme. Mientras la población se mantiene estable, incluso ha crecido en los últimos 30 años, actualmente los habitantes de la zona le piden al año unos 24 millones de metros cúbicos, mientras que hace 28 años, en 1994, solicitaban 40 millones de metros cúbicos.

La reducción de la demanda de agua equivale al actual consumo de agua de los dos principales municipios que constituyen la Mancomunidad (Donostia y Errenteria). Como consecuencia, el valor mínimo anual en los últimos 14 años ha oscilado entre el 64,7% (2015) y el 77,9% (2008), estando casi todos los años por encima del 70%.