Un joven acusado de agredir sexualmente a una menor durante las fiestas de la Semana Grande de Donostia de 2018 ha confesado este lunes los hechos y se ha conformado con una condena de dos años de cárcel y tres de libertad vigilada. Asimismo, el hombre no podrá acercarse a su víctima ni comunicarse con ella durante tres años y deberá compensarla con 2.000 euros por los daños sufridos, según ha sentenciado en sala el tribunal durante el juicio por estos hechos que ha tenido lugar esta mañana en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa.

No obstante, la pena de prisión le ha sido suspendida con la condición de que no vuelva a delinquir en el plazo de cinco años, y de que abone la indemnización a la chica en los plazos acordados.

Los hechos se iniciaron sobre las 2.30 horas del 16 de agosto de 2018 en la diskofesta que habitualmente tiene lugar durante la Aste Nagusia donostiarra en las terrazas del Kursaal, donde el inculpado conoció a su víctima, quien por entonces contaba 16 años y a la que le dijo que él tenía 24 años, aunque realmente contaba con 29.

Según recoge el escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, una vez fuera de la diskofesta, a la altura del Paseo Ramón María Lilí, el hombre y la chica "mantuvieron los preliminares propios de una relación sexual mutuamente consentida, con besos y tocamientos". No obstante, en un momento determinado, el procesado comenzó a tocar a la menor en la zona genital, ante lo que la víctima le manifestó "que no deseaba continuar y que quería marcharse".

"Pese a la oposición -prosigue el texto- el acusado la sujetó por los brazos y con la finalidad de satisfacer su ánimo lúbrico intentó penetrarla", hasta que finalmente "desistió" y dejó marchar a la joven ante la oposición de ésta. Tras lo sucedido, la damnificada, que "sufre de un trastorno ansioso-depresivo", vio "empeorada" su situación con "episodios autolesivos y pérdida de rendimiento escolar".

La Aste Nagusia donostiarra de 2018 se saldó con siete casos de abusos y agresiones sexualescon siete casos de abusos, una cifra sin precedentes en ediciones anteriores que motivó una reunión de urgencia de la Junta de Portavoces municipal para decretar un minuto de silencio en todos los actos de la tarde de la última jornada festiva, como muestra de rechazo a este tipo de sucesos y como una "llamada de concienciación ante los mismos".

El Ayuntamiento ordenó asimismo suspender la última sesión nocturna de la diskofesta, una decisión que, como desveló entonces el alcalde Eneko Goia, fue adoptada tanto para simbolizar el rechazo a estas agresiones como "por seguridad", pues fue "en el contexto" de esta fiesta musical, a la que cada noche acuden gran cantidad de adolescentes, en el que se produjeron varias de las denuncias.

La situación llegó a crear tal alarma social en donostia que el consistorio se planteó incluso la posibilidad de "replantearse el formato" de esta actividad festiva.

Este es el segundo condenado por participar en alguno de estos episodios de índole sexual, después de que en junio de 2019 otro acusado se conformara con medio año de cárcel por unos hechos ocurridos el 18 de agosto de 2018 en la misma diskofsta.

En aquella ocasión, este segundo hombre pidió a una menor que salieran fuera "a hacer cosas", al tiempo que tiraba de ella "para juntar sus cuerpos, rodearla con el brazo el cuello y acercar su cara para darle un beso en la boca", si bien la chica pudo empujarle, "evitar que le diera el beso" y salir corriendo del lugar.

Se da la circunstancia de que, además de este incidente, este segundo acusado, que por entonces tenía 29 años, estuvo involucrado en otra presunta agresión sexual a otra menor ocurrida la madrugada del 16 de agosto de 2018.

Además de estos tres casos, la relación de denuncias por asuntos de índole sexual ocurridos durante aquella Semana Grande incluye otras cuatro situaciones de estas características, entre ellas una presunta violación a una menor, sucedida el 17 de agosto y por la que fueron detenidos dos adolescentes y un episodio de abusos sucedido el 18.

Previamente, el 13 de agosto, fue detenido un hombre por colocar seis cámaras para grabar a mujeres que se acercaban a orinar en un lugar habilitado para tal fin con motivo de las fiestas, mientras que el 12 una mujer denunció haber sido víctima de unos tocamientos por parte de un hombre en el centro de la ciudad.