La Diputación de Gipuzkoa ha apelado este viernes a la colaboración ciudadana en el inicio de su campaña anual contra la avispa asiática (una especie invasora que ataca a las abejas y otros insectos y supone un peligro para la biodiversidad), enfocada a la eliminación temprana de sus nidos. La institución foral ha hecho un llamamiento a los ciudadanos, a través de una nota, para que, en caso de descubrir un avispero, avisen a su Ayuntamiento y pueda activarse el protocolo de retirada.

El equipo de trabajo contra la avispa asiática (Vespa velutina Nigrithorax) esta formado por bomberos, guardas forestales, miembros de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa, empleados municipales, distintas plataformas de desarrollo rural de Gipuzkoa y la Diputación.

El protocolo de lucha contra la avispa asiática tiene en cuenta su ciclo vital que arranca en primavera, cuando las reinas salen de los escondites en los que han hibernado y empiezan a crear unos nidos primarios con unos pocos individuos que posteriormente se ocupan de crear un enorme avispero con forma de balón de baloncesto que alberga a miles de ejemplares.

Los nidos primarios, de forma esférica y que se pueden ver hasta finales de julio, suelen estar emplazados en lugares protegidos como tejavanas, techos de los desvanes y balcones o en las cajas de las persianas. Resulta de gran importancia detectar y desactivarlos para evitar la propagación de la vespa velutina y que construyan los nidos secundarios, cada uno de los cuales puede albergar a hasta 3.000 avispas.

El objetivo es reducir los daños que genera esta especie invasora en la apicultura, la agricultura, el medio ambiente y en las personas.

Para el personal resulta "mucho más fácil" retirar estos primeros nidos, puesto que son pequeños y hacen falta menos recursos, de forma que con un aerosol de biocida y la ayuda de un salabardo suele ser suficiente en la mayoría de los casos.

El momento adecuado para acabar con los nidos primarios es el atardecer cuando las avispas están ya en su interior. Si la retirada se hace de día, cuando la reina está fuera, ésta construirá un nuevo nido y el trabajo resultará baldío.

La avispa asiática, de cabeza negra y cara naranja, se diferencia de los ejemplares autóctonos por las patas, que son de dos colores: negro en las partes más próximas al cuerpo y amarillo en las puntas.

La directora foral de Montes y Medio Natural, Arantxa Ariztimuño, ha alertado de las "relevantes consecuencias" de la avispa asiática en nuestro territorio ya que "mordisquea las frutas maduras, ataca a las abejas y a otros insectos, compite con la avispa autóctona y transforma la conducta de las especies polinizadoras".

Ariztimuño ha precisado que con este comportamiento "genera daños a la apicultura y la agricultura, y afecta al medio ambiente", motivo por el que la Diputación tiene previsto "seguir trabajando para frenar la expansión de esta especie y sus efectos perjudiciales".