uestro padre tenía 33 años cuando le mataron. Éramos cuatro hermanos y cada uno tuvimos que ir a un sitio diferente. Nosotros acabamos en Francia y Bélgica”, relataban ayer los bergareses José María y Carmen Ambroy, dos de los miles de niños y niñas de la guerra que hace más de ocho décadas fueron víctimas del exilio forzoso que se desató con la contienda bélica. Ese episodio del trágico infierno que supuso la Guerra Civil se reconstruyó ayer en Bergara y Arrasate, en el marco del homenaje que Intxorta 1937 Kultur Elkartea, junto con los ayuntamientos de ambos municipios, rindió a los menores que huyeron del miedo al conflicto y a las represalias franquistas por la ideología de sus mayores.

El de ayer fue un acto que hizo memoria 85 años atrás; que rescató del olvido a estos ya octogenarios y nonagenarios niños y niñas, y les brindó el reconocimiento público que merecen. La guerra del 36 inundó y transformó el mundo infantil. Cientos de pequeños emprendieron rumbo, en solitario o acompañados, hacia países desconocidos para poner a salvo sus vidas: Francia, Bélgica, Inglaterra, Chile, Argentina, Rusia…, y Catalunya para los que recorrieron menos kilómetros, fueron los destinos de acogida.

“El golpe militar fascista contra la Segunda República os obligó a dejar vuestras casas y localidades, y sin ser parte directa de la guerra, a tener que vivir todas sus consecuencias. Caminando, en trenes o en las bodegas de los barcos salisteis al extranjero, un lugar inimaginable en aquellos días, muchas veces entre bombardeos o buques fascistas al acecho. En muchas ocasiones fueron las amatxos, amamas o las tías las que apretaron vuestras manos y calmaron vuestro miedo. Es de justicia recordarlas porque la mayoría se fueron envueltas en su silencio, sin ningún reconocimiento. No fuisteis pocos los que nacisteis en otros países y también los que allí murieron. Y a la vuelta, ¡cuánta represión y miseria! Ante tanta adversidad, sin embargo, continuasteis de pie, resistiendo”, narró el miembro de Intxorta 1937, Mikel Gómez, durante el homenaje que se tributó a 25 nombres propios localizados por la asociación memorialista en este municipio de Debagoiena.

Una veintena de estos protagonistas, cada uno con su historia particular pero todas unidas por un mismo hilo conductor, asistieron a la cita matinal que tuvo como escenario Seminarixoa. Se les hizo entrega de la escultura Egiaren iturria (La fuente de la verdad), obra del artista arrasatearra Iñigo Arregi, en un emotivo acto aderezado con aurresku, el pase de un vídeo y un minuto de silencio en recuerdo “de tantas y tantos que han quedado en el camino”. “Cuando la pandemia nos permita juntarnos otra vez con familiares, amigos, conocidos, por favor, tomad el tiempo necesario para contar vuestra historia de los corazones de cartón a vuestros nietos, sobrinos…, para que esta no quede en el olvido”, les emplazó la edil Ainhoa Lete.

Por su parte, el director de Derechos Humanos de la Diputación de Gipuzkoa, Ion Gambra, calificó de “necesario” este homenaje que ha llegado “más tarde de lo deseado”. Adelantó, además, que el ente foral suscribirá un acuerdo de dos años con Intxorta 1937 para llevar este proyecto “al resto de Gipuzkoa” y reconocer, de este modo, a todos los menores que se vieron forzados a dejar sus casas y vivir en el exilio.

Por la tarde se repitió el mismo guion en Kulturate, en Arrasate, en este caso con el protagonismo de 39 niños y niñas de la guerra identificados por la asociación memorialista.

Las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años por Intxorta 1937 Kultur Elkartea han permitido seguir el rastro de los pequeños que tuvieron que abandonar sus hogares tras el estallido del golpe militar fascistas. Entre el 19 y 25 de septiembre de 1936 “más de 4.500 personas huyeron de Debagoiena. De la población civil empujada al exilio, unos 500 fueron menores de hasta 16 años (incluidos los que nacieron en este desplazamiento máximo)”, explicó el integrante del colectivo memorialista, Juan Ramón Garai.

En este esfuerzo y empeño por recuperar la memoria han localizado a 80 niñas y niños de la guerra vivos en Debagoiena. El covid-19 frustró en 2020 este homenaje, que este año se ha adaptado con un formato itinerante por distintas localidades. Hoy Oñati, Aretxabaleta y Elgeta (en este último municipio será un acto conjunto con Antzuola) encenderán la llama del recuerdo en un reconocimiento público que hacen extensivo a todos los que fallecieron sin recibirlo.

Antzuola. Rosa y Azucena Ortiz de Lejarazu Sáez.

Aretxabaleta. Amaia Alberdi Bengoetxea; Begoña, Juana y Manolo Etxebarrieta Oteiza; Francisca Monge Andrés; Mª Pilar y Fernando Zubillaga Altube.

Arrasate. Nieves Abarrategui Mendizabal; Amparo Arenaza Velasco; Margarita Arsuaga Menchaca; José Luis Ayesa Mondragon; Mª Teresa Azula San Miguel; Antxon Aranbarri Riviere; Ángel y Mª Ángeles Balzategi Olazagoitia; Mercedes Bolinaga Garay; Luzia Etxabe Zubizarreta; Carmen Domínguez Jiménez; Encarna García Andrés; Paquita García Vermande; Santiago, Lucio, Jesús, Josefina y Luisa García Cacho; Pedro y Aurea González Pinto; Cristina Gónzalez Monje; Montse Jauregui Iza; Eugeni Langaran Rodríguez; José y Luis López Díez; Imanol Moreno Leibar; José María Muxika Arrieta; Felisa Oroiz García; José Riviere Andrés; Carmen Martínez de Ubago Ruiz de la Cuesta; Juana y Beatriz Uranga Mandaluniz; Juan Manuel Ugarte Eguiluz; Edurne Ugalde Ariznabarreta; Roberto Uriarte Lasagabaster; Josefa Ugarte Zubialdea; Pedro Vega Galdos; Olga Vitoria Berecibar y Tere Zabaleta Ortubai.

Bergara. Carmen y José María Ambroy Aranzabal; Joseba Askasibar Garate; Garbiñe Arrieta Aztiazaran; Ana María y Manuel Arruabarrena Etxezarreta; Albiñe Azkarate Garai; Edurne, Paquita, Narciso y Silvestre Begiristain Urcelay; Eulogio Díez Sánchez; Julia Ecenarro Arostegi; María Dolores Estévez Sáez; Luzia y Esther Farras Laskurain; Anastasio y Mari Carmen Herran Izarra; Sol Telleriarte Eguidazu; María Pilar, Francisco y Trini Urcelai Arenaza; Pilar y Esther Viciola Velasco, y Felipe Zuñiga Sánchez.

Elgeta. José Luis Arantzeta Arregi y Pilar Gorrotxategi Basauri.

Oñati. José Mª García Zubia, Mª Ángeles Urteaga Madinabeitia, Alfredo y Jabier Olalde Ituarte, y Marcial Lucas Iturri.