- La presión en las UCI vascas sigue creciendo y ya son 121 las personas ingresadas en estas unidades, seis más que la jornada anterior. En planta ingresaron otras 55 personas, frente a las 93 que ingresaron el viernes.

Este es el peor dato de la fotografía que deja una pandemia que sigue azotando con dureza a Euskadi, donde en las últimas semanas la situación no ha hecho más que complicarse, sumando 761 contagios en las últimas horas.

El sábado se llevaron a cabo en la CAV un total de 9.442 PCR, lo que supone un descenso de 800 pruebas respecto a las realizadas el viernes.

La tasa de positividad se ha situado en el 8,1%, con un leve descenso respecto al día anterior, cuando dicha tasa llegó a ser del 8,9%.

En Gipuzkoa se detectaron 288 positivos, 55 menos que la víspera, cuando se contabilizaron 343 casos, aunque con más pruebas realizadas. En Bizkaia se detectaron 368 contagios y 98 en Araba. Además, siete casos correspondieron a personas procedentes de fuera de Euskadi.

Estas cifras preocupan mucho. De hecho, todo apunta a que hoy se decretará el cierre perimetral de Gipuzkoa por haber superado la tasa de incidencia acumulada de 400 casos, una situación en la que ya se encuentra Araba y que probablemente también registrará hoy Bizkaia y su capital, Bilbao.

Los y las profesionales que están luchando contra la pandemia en primera línea, como Félix Zubia, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Donostia, no ocultan su preocupación por la dimensión de esta cuarta ola. Ayer, en declaraciones a Euskadi Irratia, demandó la adopción de "medidas inmediatas" para frenar la subida de contagios y el aumento de la presión hospitalaria.

Según recordó Zubia, las personas ingresadas en la UCI del Hospital Donostia tienen una edad media de 60 años, aunque la mitad de los ingresados son más jóvenes.

La presión en esta unidad, señaló, es importante, "con hasta cuatro o cinco nuevas hospitalizaciones solo en nuestra UCI. Esto provocará estancias prolongadas y sabemos que habrá fallecidos, de cada diez, dos".

El volumen de ingresos ha obligado a reabrir un espacio UCI que se había clausurado la primera semana de marzo.

Las palabras del responsable del jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Donostia en el programa Osasun Etxea dejan en evidencia la complicada situación que se vive en los centros hospitalarios.

Así las cosas, Zubia no puede coincidir con lo señalado por el coordinador de la comisión técnica del LABI, Jonan Fernández, en una entrevista para NOTICIAS DE GIPUZKOA, en la que señalaba que la ola en la que estamos inmersos "tocará techo antes" y que, de momento, el sistema sanitario no se está viendo tensionado al mismo nivel que hace un año.

Según Zubia, resulta imposible que la pandemia toque techo en plazo de una semana y empiece a darse una mejoría si siguen en vigor las medidas vigentes.

En su opinión, "no tiene sentido" comparar la situación actual con la vivida "en octubre o enero". "La situación es mala y es ascendente", apostilló Zubia para volver a reclamar decisiones rápidas. "Hemos fallado en ser proactivos", insistió.

"Sabemos que estamos en una época difícil. Si hace una semana decía que me sentía marinero a la espera de la tempestad, hoy me siento como el marinero que está en mitad de esa tormenta. La tenemos encima y necesitamos medidas inmediatas para hacerle frente", subrayó el galeno.

A su entender, se ha esperado "demasiado" y de ahí que la tasa de positividad ronde el 9% y la de las pruebas de antígenos supere el 15%, porcentaje que calificó de "una barbaridad que no se puede aceptar", por lo que demandó que la adopción de medidas más restrictivas no se dilate y no se espere a la próxima reunión del LABI para endurecerlas.