- El pasaporte digital, que permitirá la movilidad en Europa a las personas vacunadas, inmunizadas o con una prueba que acredite no estar contagiado de covid, ha tomado forma y podría entrar en vigor en junio. Una herramienta que esperaba como agua de mayo el sector turístico, pero también muchas empresas y negocios que necesitan la apertura de la movilidad para realizar viajes de trabajo. Se trata de una medida de marcado carácter económico, no solo para impulsar el sector turístico, sino los viajes profesionales y de empresa.

A pie de calle, en la oficina de Viajes Aran de Donostia, Carmen Maza lo acoge con esperanza. “Me parece estupendo”, asegura, pero no tapa el enfado por tanto castigo acumulado en estos meses. El pasaporte digital es para ellos una herramienta “genial”, la esperanza de que las decenas de reservas que ya tienen para verano no se cancelen, porque a día de hoy todas contemplan la cancelación gratuita.

“La cuestión es que no estamos vendiendo; las agencias de viajes somos los primeros que caímos y los últimos en levantarnos, porque los hosteleros no han tenido que devolver las comidas y cenas que dieron y nosotros hemos tenido que devolver todo lo que habíamos vendido desde octubre. La gente no se siente segura y la expectativa de la vacuna y de un pasaporte digital es genial. Lo veo bien. Siempre que sigamos vacunando y echando una mano”, asegura, al tiempo que pide a las administraciones que “apoyen al pequeño comerciante”.

abaratar las pcr: 125 euros

Un certificado de vacunación no es nada nuevo para los profesionales de las agencias de viajes. “Un certificado para que nos podamos mover por Europa, sería estupendo. Ahora mismo, si me voy a Kenia, necesito un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla y está naturalizado. Todo esto, si nos acaban vacunando a la mayoría, yo me imagino que la gente tendrá un poquito menos de miedo”, afirma.

La gente, reconoce, “sí que está preguntando mucho para reservar en julio, agosto y septiembre”, pero su preocupación ahora es el ritmo de inmunización de la sociedad, ya que si no progresa, podría lastrar la temporada de verano. Confía en que si para julio se vacuna al 50% de la población y otro 10% ya ha pasado la enfermedad, un 60% esté inmunizada y pueda viajar. De momento, el 31 de mayo, fecha en la que finaliza el estado de alarma, está marcada a fuego en su calendario.

Otra de las lagunas de este pasaporte, sin embargo, lo encuentra en el precio actual de las PCR, en torno a los 125 euros en la sanidad privada. “Está bien que el pasaporte digital contemple la opción de viajar con una PCR que acredite que no estás infectado, pero el problema es que son carísimas. Si una familia de cinco miembros, con niños, quiere viajar y no están todos vacunados, hay que sumar un gasto adicional en PCR, asegura, lo que encarece “mucho” el viaje. “Habría que poner las PCR mucho más baratas”, afirma.

“No nos debe extrañar

“Es evidente que tenemos que tener ese pasaporte, lo necesitamos. Viajar, moverse, no está solo relacionado con el ocio”, recuerda Cristina Lagé, concejala de Turismo del Ayuntamiento de Donostia, quien destaca la importancia de este pasaporte digital para reactivar la actividad profesional. Los viajes de negocios y por motivos profesionales, son otros de los grandes damnificados por las restricciones de movilidad en Europa.

“Para mí este pasaporte tiene dos cosas positivas. Las personas necesitan desplazarse para que funcione la industria, la ciencia, no solo por ocio. En esta pandemia las videollamadas nos han solucionado mucho, pero también hemos descubierto que no hay nada como el cara a cara. Nos tenemos que sentir seguros cuando viajamos, sea por el motivo que sea”, aclara.

Y el pasaporte digital es la llave. Las expectativas que abre son grandes. “Lo primero, esto no nos debe extrañar, ya nos ponemos muchas vacunas para ir a destinos que no son tan exóticos y lejanos. Es cierto que es nuevo en la Europa que conocemos hoy, pero la realidad es diferente y el certificado de vacunación nuevo no es”.

En su opinión, “también va a concienciar tanto a ciudadanos como gobiernos de la importancia de la vacunación, pero así se establecerá un sistema justo, equitativo, de vacunación”, aunque reconoce que “todo lo nuevo nos asusta”. “A mí me produce tranquilidad y va a ser beneficioso, sin duda”. Lagé cree además que es inevitable.

“En el momento que estamos ahora no concibo que no haya una herramienta como esta, un pasaporte, certificado, es algo que viene ocurriendo en el mundo durante mucho tiempo. Lo que ocurre es que ahora Europa nos hemos incorporado a esa lista”, apunta.

Gestionar bien esta herramienta será fundamental para el turismo, en su opinión. Y también cree que “hay que buscar la manera de que estas pruebas PCR sean mucho más baratas”, porque hay “familias que no se lo pueden permitir” y hay que recordar que tener una PCR negativa también se contempla como alternativa a la vacuna en el pasaporte digital. Será la vía que tengan quienes aún no hayan tenido acceso a la inyección.

“El turismo, en Gipuzkoa, permite vivir a muchas familias y eso es lo que debemos proteger. Y además Gipuzkoa y San Sebastián son un destino de prestigio. Cuando me preguntan por los franceses que están llegando a Madrid para ir de fiesta, yo respondo lo mismo. Que cada uno hace con su destino lo que quiere. El prestigio de un destino también se mide por saber decir no, o saber decir ahora no. Y Gipuzkoa tiene un respeto en el mundo profesional, somos ejemplo de gestión turística. Y nosotros no nos podemos permitir según qué cosas”, concluye.

mirada “positiva”

Ese prestigio lo encarna Andoni Luis Aduriz, uno de los principales exponentes de la industria turística vasca. Desde su restaurante de Errenteria, el chef guipuzcoano mantiene, pese a las dificultades, una mirada “positiva” y admite que el pasaporte digital permitirá a su establecimiento mantener su modelo de negocio.

Hace unas semanas participó en “unos programas de Top Chef Francia, con un pico máximo de cuatro millones de espectadores”, y el resultado fue un aumento de reservas de inmediato de clientes franceses. El único problema, uno “pasajero”, asegura, “es que si las fronteras están cerradas y no pueden venir, no tengo clientes”.

“Yo todo el rato he tenido la vista puesta en el futuro. Cuando empezó todo este lío y vimos que iba para largo, me dije: Vamos a estar dos años muy mal, pero yo solo veo oportunidades. Es como perder un vuelo, me puedo poner a llorar, hacer la croqueta, o coger el siguiente vuelo. ¿Qué no hay vuelo hasta mañana? Pues me cojo un hotel. Esta crisis ha supuesto un trastorno impresionante, he vuelto a la casilla de salida, he empezado de cero, pero tengo una ventaja que no tenía antes, y es que cuando empecé no sabía que esto funcionaba. Y ahora sí”, concluye.

“Mi situación en Mugaritz es muy comprometida, tengo un 80% de clientela internacional. Tengo un acceso tremendo al público internacional; me viene gente de más de 70 nacionalidades y muchos que se han planificado el viaje expresamente para venir aquí, porque además estamos en unos de los entornos más ricos del mundo a nivel gastronómico y eso tracciona. En el momento que se cierra la movilidad y las fronteras, no tengo clientes”, asegura.

El pasaporte digital es para él como un primer paso, al que tiene que seguir el hecho de que “la gente se vaya vacunando”. Aún así, reconoce que le genera mucha más inquietud el “nuevo mundo que nos está desbordando”, la “digitalización, los nuevos modelos de consumo que van a arrollar al comercio local, el cambio climático...”.

“Un pasaporte para movernos por Europa sería estupendo. Si voy a Kenia, necesito un certificado para la fiebre amarilla y está naturalizado”

Trabajadora de Viajes Aran en Donostia

“Va a ser beneficioso. Las personas necesitan desplazarse para que funcione la industria, la ciencia, no solo por ocio”

Concejala de Turismo en Donostia

“En Mugaritz tenemos un 80% de clientes extranjeros, personas de 70 nacionalidades; si se cierran las fronteras, no tenemos clientes”

Chef del restaurante Mugaritz