Con las inyecciones que se administrarán hoy, prácticamente el total de los 937 empleados de la OSI de Bidasoa estarán vacunados contra el covid-19. Varias semanas más tarde que los trabajadores de otros centros sanitarios de Euskadi. "Ha habido un desastre de organización y de distribución", señala a este periódico la secretaria general de Satse (Sindicato de Enfermería) de Gipuzkoa, quien denuncia que durante "dos o tres semanas" el Departamento de Salud dejó de enviar las dosis al Hospital Bidasoa, impidiendo que incluso los sanitarios de emergencias pudieran inmunizarse.

La vacunación en el centro no arrancó de forma escalonada hasta la semana pasada. Hasta ese momento, únicamente diez personas estaban inoculadas y gracias a "las dosis sobrantes de las residencias de ancianos".

"Básicamente, el Gobierno Vasco pasó las cifras de vacunación de los centros y se dio cuenta de que allí no había habido organización", denuncia Mendia.

Fue entonces cuando, entre las protestas del personal del centro -que sigue denunciando la situación a diario a las puertas del hospital-, las vacunas empezaron a ser administradas. Pero en pleno escándalo de los hospitales Santa Marina y Basurto, y cuando únicamente se había inmunizado a 143 de los empleados, el suministro de dosis fue interrumpido de un día para otro.

"Hemos estado dos o tres semanas sin recibir vacunas y hemos tenido que esperar a una redistribución", cuenta la secretaria territorial de Satse, al tiempo que explica que las sospechas de esta ausencia están en un posible envío de las dosis a otras comunidades autónomas.

Esto ha llevado a que incluso el personal de emergencias que se enfrenta al covid desde la primera línea no fuese inmunizado, poniendo en riesgo su vida durante varias semanas. Por este motivo, y aunque ayer cerca de 300 empleados del centro hospitalario ya habían recibido la primera dosis contra el coronavirus, las protestas, surgidas a iniciativa de los propios trabajadores, continuarán cada mediodía.