DONOSTIA- El objetivo es que ningún caserío, ninguna vivienda, nadie, se quede sin acceso a banda ancha ultrarrápida y la Diputación se ha marcado como plazo 2022 para conseguirlo. Si hasta la fecha se había conseguido llevar la fibra a 2.000 caseríos de pequeños municipios rurales, a través de un programa activado en 2018 y dotado con 2,3 millones de euros, el siguiente paso es dar servicio a otros tantos hogares, caseríos alejados de los núcleos urbanos, los llamados diseminados. Esta banda ancha ultrarrápida ha permitido que durante el confinamiento de la pasada primavera, centenares de caseríos y explotaciones agrarias pudiesen seguir funcionando y en los próximos dos años se expandirá al resto de las denominadas zonas blancas o zonas muertas.

La instalación de estas infraestructuras permite el acceso a Internet con conexión ultrarrápida (mínimo 300 megas simétricos por segundo), la alta definición de la televisión y el servicio de videovigilancia. Este último permite poder atender a las personas que viven solas y requieren de una atención especial, en el caso de de personas de la tercera edad o personas con discapacidad, por ejemplo. Por otra parte, este servicio también posibilita el cuidado del ganado a distancia, el trabajar a distancia o incluso la vigilancia de espacios a distancia a los agricultores. Avances que permiten reducir notablemente la brecha digital existente hasta ahora entre las zonas con mayor población y el medio rural.

La extensión de la banda ancha ultrarrápida al conjunto de la pobaclión de los pequeños municipios de Gipuzkoa se hará en dos fases más. La Diputación ha anunciado hoy mismo que el Consejo de Gobierno ha aprobado una convocatoria de ayudas por valor de dos millones de euros dirigida a los operadores de telecomunicaciones para implementar esta red de telecomunicaciones en municipios de menos de 2.500 habitantes.

El plazo para la presentación de solicitudes será de un mes desde la publicación en el BOG, que está prevista esta semana, y el de ejecución de los trabajos asciende a 18 meses.

La extensión de la banda ancha llegará en una primera fase a 1.000 nuevas unidades inmobiliarias repartidas en 199 zonas diseminadas de 40 pequeños municipios del territorio. Caseríos que se quedaron fuera del anterior plan de expansión de estlaa banda ultrarrápida en 2018. Según ha explicado el nuevo diputado de Promoción Económica, Turismo y Medio Rural, Jabier Larrañaga, la convocatoria incide en la apuesta de la Diputación de Gipuzkoa "por reducir las desigualdades en todos los ámbitos, también entre el mundo rural y el urbano, equiparando los niveles de servicios y bienestar de pueblos y ciudades.

Larrañaga puso un ejemplo: "Con este programa, conseguimos que quien vive en una zona aislada de Leintz-Gatzaga disponga de una conexión a Internet como la de un vecino o vecina del Boulevard de Donosti. Mejoramos la calidad de vida, el atractivo y la competitividad de nuestras zonas rurales, que cumplen un rol esencial en la generación de actividad económica, la sostenibilidad, y el mantenimiento de la biodiversidad, el paisaje, la cultura y la idiosincrasia de Gipuzkoa".

Esencial para el teletrabajo y los estudios

Larrañaga ha afirmado que este proyecto está "plenamente alineado" con la "agenda de futuro que Europa viene impulsando para la reconstrucción económica y social post-COVID", y que la pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de "construir el futuro sobre la cohesión económica, social y territorial, incorporando los 88 municipios del territorio a la Gipuzkoa digital, y ofreciendo un soporte para el teletrabajo o el emprendizaje en todos ellos".

Según ha concretado, el director foral de Equilibrio Territorial, Xabier Arruti, la actual convocatoria persigue incentivar el despliegue en zonas rurales o de difícil acceso que, atendiendo a un interés exclusivamente comercial, quedarían fuera del mismo. Es decir, zonas a las que las operadoras no acuden por falta de rentabilidad debido a su escasa población.

La normativa europea establece que este apoyo público debe limitarse a espacios catalogados como "zonas blancas NGA", esto es, zonas en las que no exista infraestructura de banda ancha NGA y en las que no sea probable que dicha infraestructura se desarrolle en condiciones comerciales en un plazo de tres años, circunstancias que deben verificarse mediante una consulta pública abierta que se repite año tras año. Y así se hará.

La consulta realizada por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales ha acreditado que las zonas beneficiadas por esta convocatoria no cuentan con cobertura de redes de acceso de nueva generación, ni planes para su despliegue por parte de ningún operador en los próximos tres años. "Lo que hacemos, por tanto, es corregir las carencias del mercado, dando desde la Diputación respuesta a las necesidades de una parte de la población de Gipuzkoa que, de otra manera, no dispondría de acceso a una infraestructura tan importante", ha subrayado Arruti.

Al nivel de Corea o Japón

Este trabajo se completará en un tercer hito con el se alcanzaría el conjunto de caseríos del medio rural restantes, en torno a 4.000, pertenecientes a municipios no pequeños. Para ello, la Diputación tiene previsto sacar una nueva convocatoria de ayudas, que permitiría completar, según Larrañaga, el "ambicioso objetivo" establecido por la Diputación: "Posibilitar que la banda ancha llegue a todos los habitantes del medio rural de Gipuzkoa, independientemente de donde vivan, y hacerlo además en condiciones equiparables al resto, tanto en tecnología como en precio".

La Diputación viene manteniendo contactos con los ayuntamientos del territorio para materializar esta convocatoria partiendo de la colaboración, ya que es un proyecto de gran complejidad técnica, administrativa y económica. "La extensión de la banda ancha ultrarrápida de Gipuzkoa es ya pionera a nivel europeo y proporcionalmente superior a la de Alemania, Francia, Reino Unido o Italia juntos. Si completamos el proceso nos situaremos al mismo nivel de los principales referentes del mundo como Corea o Japón. Estamos ante una oportunidad de oro que debemos aprovechar", ha instado el diputado.