-¿Ha sido la pandemia su momento más complicado en la política?

-Seguramente sí, porque nos ha puesto ante lo que es prioritario y lo que no. Me acuerdo de los primeros días que nadie sabía de la duración, de la evolución, había que aplanar una curva pero nadie sabía cómo se hacía, había que tomar decisiones y nunca era suficiente. Nos hemos reunido todas las veces que ha hecho falta para tomar decisiones y habilitar recursos haciendo las modificaciones presupuestarias que hicieran falta. Por desgracia, en Gipuzkoa vamos a tener un nuevo perfil de parados que no podemos dejar en la estacada. Cuando decimos que no podemos dejar a nadie atrás nos lo creemos de verdad. Hemos actuado teniendo muy claras las prioridades: políticas sociales, habilitando recursos para hacer frente a la situación, y hemos actuado además como un reloj y con muy buena sintonía; y recuperación económica, con las ayudas necesarias para que determinadas actividades no se hundieran del todo.

¿Esta situación ha pasado factura a la coalición de Gobierno?

-La coalición ha gozado de confianza, de tener los criterios claros, de definir bien las prioridades. Confío en que en el futuro siga siendo así.

En esta situación, ¿qué futuro nos espera como territorio?

-Soy optimista. Desde la Administración tenemos claras las prioridades. La pandemia ha puesto de manifiesto que los proyectos estratégicos estaban bien diseñados y definidos y lo que hay que hacer es darles un impulso. Habrá actividades económicas a las que les cueste más salir y ahí habrá que poner más el acento desde los presupuestos de la Diputación, la capacidad de endeudamiento que nos quede y los fondos europeos que recibamos. Desde la parte socialista del Gobierno tenemos claras las prioridades: políticas sociales, recuperación económica para mantener el empleo e impulsar programas para posibilitar que nadie se quede atrás. La elaboración de los presupuestos de 2021 irá en esa línea.

La pasada legislatura se hizo una apuesta firme por la lucha contra el cambio climático, convirtiéndola en objetivo estratégico para el Gobierno foral. ¿La irrupción de la pandemia ha dejado este objetivo en un segundo plano?

-Justo lo contrario, porque la pandemia nos ha puesto ante la realidad de que el ser humano es muy vulnerable y los problemas son de índole mundial. Es un problema que si no atajamos la próxima década podemos entrar en una senda de no retorno. Esta pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de generar soluciones en este aspecto. La crisis sanitaria hasta que no haya vacuna no estará resuelta; la crisis económica ha golpeado de repente muchísimo, pero las soluciones han puesto de manifiesto que el Green Deal (pacto verde) es el camino a profundizar.

¿Qué papel van a jugar los proyectos estratégicos en la reconstrucción postcovid?

-Los proyectos estratégicos de Gipuzkoa han puesto en evidencia que algunas decisiones se habían tomado adecuadamente. Si nos fijamos en las actividades económicas que pueden entrar a ser beneficiarias de los fondos europeos, nos damos cuenta de que Naturklima encaja perfectamente, Mubil encaja, la digitalización y ciberseguridad encajan... Los proyectos estratégicos más maduros y más avanzados ponen de manifiesto que el camino emprendido era el más adecuado. Lo que provoca una situación de este tipo es un proceso de aceleración. Tenemos los mimbres, tenemos que trabajar a un mayor ritmo porque queremos ser beneficiarios de esos fondos europeos que encajan como anillo al dedo.

Uno de los puntales de la estrategia foral contra el cambio climático es el impulso de la economía circular. ¿Cómo lo van a desarrollar?

-Las soluciones al cambio climático son la economía circular, el ecodiseño, el uso de los nuevos materiales no contaminantes, hablar del ciclo de vida de los productos, etc. Va más allá del olvidarte de usar y tirar. Cuando diseñemos un nuevo producto tenemos que pensar en que al final no haya residuo o que al final de la vida útil sea todo recuperable. O que en su actividad no genere residuos propiamente dichos. Cuando lanzamos el cluster del reciclaje y la reutilización, el 60% de los participantes eran industrias del territorio, industrias que transforman los envases en prendas de alto rendimiento técnico, tapicerías de nuestros coches, RCD -residuos de construcción y demolición- que son punteros en recuperar estos materiales, recuperación de aceites para hacer productos reutilizables… Todo eso genera una gran economía y lo que tenemos que hacer es posicionarnos en ese nicho de mercado. No partimos de cero y para darle un acelerón es fundamental que recibamos fondos europeos, pero para eso tenemos que hacer una colaboración intensa con otras administraciones, tanto con el Gobierno Vasco como con el Gobierno de España, con el que tenemos una interlocución de lujo que es el Partido Socialista. De aquí a final de año vamos a tener que presentar los proyectos a ser beneficiarios de esos fondos europeos. Con los proyectos estratégicos afortunadamente tenemos un trabajo ya hecho. Tenemos que adaptarlos a las necesidades de territorio y a los condicionantes europeos, porque es fundamental que recibamos esos fondos.

Usted insiste en que la economía o será verde o no será.

-Evidentemente. En Europa a esto se le llama Green Recovery (recuperación verde). Hablamos de que las actividades económicas del futuro tengan ese componente de no generar residuos, no contaminar, no generar emisiones… Pero es verdad que la salida de la crisis será verde y por eso la pandemia ha puesto este asunto de plena actualidad. El 40% del presupuesto europeo van a ser actividades relacionadas con el cambio climático y la digitalización; ese va a ser el camino.

Otro de los puntales de su gestión medioambiental es la transición ecológica. ¿En qué consiste?

-La transición ecológica justa y los objetivos de desarrollo sostenible van a ser los parámetros fundamentales a la hora de desarrollar cualquier acción política. Es fundamental porque la actividad económica y la calidad de vida de los ciudadanos va a depender de eso. En Gipuzkoa, si no hacemos nada, la afección del cambio climático va a ser muy importante. Hay que cambiar los parámetros de movilidad actuales, hay que determinar cuál va a ser el acceso a las ciudades, que la digitalización posibilite un teletrabajo no obligado por la pandemia sino para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y facilite una conciliación bien entendida… Hay muchísimo trabajo por hacer. En la Diputación, vamos a asociar la elaboración de los próximos presupuestos a los objetivos de desarrollo sostenible. No hay otro camino, ya no hay una normalidad pasada, tenemos que cambiar de parámetros y priorizar. La salida de la crisis tiene que ser sostenible social, económica y medioambientalmente. Estas tres patas son igualmente necesarias.

“Tenemos claras las prioridades: políticas sociales y recuperación económica. Los presupuestos de 2021 irán en esta línea”

“La economía circular genera una gran economía y lo que tenemos que hacer es posicionarnos en ese nicho de mercado”