- Aunque el otoño arranque con el virus ofreciendo signos de cierta estabilización, las alertas rojas se mantienen encendidas en Euskadi ante la elevada mortalidad. Salud notificó ayer 62 nuevos fallecidos, el máximo semanal de la segunda ola y el peor pico de esta curva. Vidas que hay que sumar a las 1.813 que ya se había cobrado esta pandemia en la comunidad. Según los datos facilitados este miércoles, en la semana del 14 al 20 de septiembre, se produjeron 62 fallecimientos con COVID-19 como causa directa, un 35% más que la semana anterior. El virus presenta de esta forma su cara más negra porque estas 62 defunciones superan a las registradas durante todo el mes de agosto, que ascendieron a 56.

Salud explica, sin embargo, que es habitual que semanas después de elevados datos de contagios, estos se traduzcan en un incremento notable de hospitalizaciones y fallecidos ya que hay un decalaje entre la fecha en la que se detectan las infecciones y sus consecuencias más nefastas. Las defunciones, de hecho, son una consecuencia directa del aumento de ingresados en las UCI que no ha dejado de crecer desde hace un mes. Actualmente hay 56 enfermos graves siendo atendidos en estas unidades pero las personas ingresadas en estado crítico han llegado a rebasar las sesenta.

Todo ello demuestra que el patógeno sigue entre nosotros con toda su virulencia y "no hay motivos para creer que sea más débil o menos letal". "Tiene la misma capacidad de propagación y de infectar que en marzo". "El virus ha infectado a muchas personas y, además de provocar la muerte, deja graves secuelas como la fibrosis pulmonar", reiteran las autoridades sanitarias en sus mensajes.

A pesar del trágico balance de fallecidos, el coronavirus parece acotado y las restricciones impuestas por el Gobierno vasco a la actividad social en la orden del 19 de agosto parece que están dando sus frutos. Lejos quedan las cifras de nuevos contagiados de finales de agosto donde se llegaron a superar los 800 casos diarios por la denominada transmisión comunitaria en rebrotes de ocio y hostelería.

Desde hace varios días, las infecciones parecen bajo control. El martes, de hecho, se registraron 405 contagios de COVID-19, lo que supone 91 más que el día anterior. Unos dientes de sierra que las autoridades sanitarias califican como normales hasta conseguir que la curva se aplane. Según el boletín del Departamento vasco de Salud, a lo largo de ese día se efectuaron 9.760 pruebas PCR, de las que 405 fueron positivas, lo que supone el 4,1% del total, con lo que se vuelve a incrementar el porcentaje de contagios sobre el total de pruebas respecto a la jornada anterior, cuando se llevaron a cabo 8.519 pruebas PCR en Euskadi, de las que un 3,6% fueron positivas (un total de 314).

La cifra de nuevos contagios se incrementó de manera notable en Gipuzkoa. En el territorio se detectaron 169 contagiados (82 más que el lunes). En Donostia, los nuevos casos ascienden a 40, el doble que en la jornada anterior, mientras que subieron a 17 en Irun, a diez en Zarautz y a siete en Arrasate. En Bizkaia, una zona caliente, los casos ascendieron hasta los 177 (diez más que el día anterior). Bilbao acumula el mayor número de casos, 46 frente a los 34 de la jornada anterior, seguido de Barakaldo con 22 positivos, Leioa con 18 y Getxo con once nuevos contagios.

Por su parte, en Araba se registraron 51 casos (uno menos), de los que 46 corresponden a Gasteiz (dos menos que en la jornada anterior). Asimismo, se contabilizaron ocho casos en personas con residencia fuera de la CAV. las mismas que en la jornada precedente.

La desescalada de contagios también tiene su extrapolación en los hospitales vascos. A lo largo del martes ingresaron en planta 29 personas por COVID, frente a las 33 del día anterior, y en las UCI hay actualmente 56 pacientes con esta enfermedad, lo que supone una menos que el día anterior. En total, 275 pacientes necesitan cuidados en una planta de hospital para poder superar la enfermedad.

Otro indicador de que el patógeno se mantiene a raya es el RO (el número reproductivo básico que indica cuántas personas son susceptibles de ser contagiadas en promedio por un solo infectado) y que se sitúa en 0,98 para el conjunto de Euskadi, por debajo del 1 donde se sitúa el umbral considerado como de riesgo.

El martes hubo más mujeres infectadas que hombres, y la mayor cantidad de los cuatro centenares de positivos se concentró en la franja de edad entre 20 y 29, con 62, y entre 40 y 49, con 60. Otros 56 casos se dieron en personas de 50 a 59 años, 41 positivos entre los 10 y los 19 años y otros 41 casos entre 60-69 años. Los menores de nueve años acumularon 38 casos y los de 30 a 39 años, otros 38 nuevos contagios. Preocupan especialmente las 29 nuevas infecciones entre personas de entre 70 y 79 años, los 21 nuevos positivos entre los 80 y 89 años, y la veintena en mayores de 90 años, la población con la mayor tasa de letalidad.

Gipuzkoa sufrió un repunte de casos el martes, con 82 infectados más que la jornada anterior, la mitad de ellos en Donostia