- Sin grandes focos que se descontrolen, por el momento, poco a poco, un día aquí y otro allí, el COVID-19 sigue ganando terreno en Euskadi y supera ya los 15.000 casos positivos, una barrera que marca un momento clave, de nuevas medidas restrictivas en ciernes, ante el temor, manifestado el viernes por el Gobierno Vasco, de que el aumento de casos que se está registrando en los últimos días “podría ser el inicio de una segunda ola” que nadie quiere y pocos esperaban tan pronto. A las puertas de agosto, en pleno verano.

En las últimas 24 horas se registraron 123 nuevos casos en Euskadi, según los datos aportados ayer por el Gobierno Vasco. El torrente informativo de cifras no es el que era; los fines de semana ya no se publican las hospitalizaciones, los municipios que registran los caos, ni siquiera el índice de reproducción, datos todo ellos que se darán a conocer el lunes. Es la nueva normalidad. Lo que sí sabemos es que de los 123 nuevos contagios la mayoría en Bizkaia, con 66, otros 40 en Gipuzkoa y 17 en Araba. Menos que un día antes (137) en el conjunto de la CAV, pero solo gracias al dato de Bizkaia, que bajó de 86 a 66 entre el viernes y el sábado. En Gipuzkoa, subimos de 37 a 40 en las últimas 24 horas. El número total de contagios en el territorio guipuzcoano, el menos afectado de la CAV a pesar de los rebrotes durante la nueva normalidad, es de 2.935, muy por debajo aún de Araba y más aún de Bizkaia.

En Nafarroa, Mendillorri sigue estando de actualidad, por desgracia. En las últimas 24 horas se registraron un total de 63 nuevos casos en la comunidad foral, y el 10%, seis de ellos, se concentraron precisamente en este barrio de Iruñea, la capital, donde se encuentra, reconoció el Ejecutivo navarro, el mayor número de los cinco brotes activos que se registran en la comunidad foral. Son ya 6.252 los contagiados en Nafarroa.