- Conductores de autobuses pertenecientes a la empresa Ekialdebus se han concentrado este jueves en Donostia para denunciar la agresión sufrida por un chófer el pasado domingo en la línea Donostia-Hondarribia, que enmarcaron en una problemática que se ha convertido en demasiado frecuente y para la que reclaman soluciones.

La protesta tuvo lugar en la plaza Gipuzkoa de Donostia, frente al palacio de la Diputación, donde decenas de conductores denunciaron la agresión sufrida por uno de sus compañeros el pasado domingo y reclamaron una reunión con la Diputación para adoptar nuevas medidas de manera "urgente y unificada".

La última agresión se produjo a las 10.30 de la mañana del pasado domingo en el autobús que realiza el trayecto entre Donostia y Hondarribia. Fueron cinco los agresores que oscilaban la edad de entre 25 y 30 años, según la denuncia del conductor afectado y que Ekialdebus ha pedido ayuda a testigos. Los sujetos aparentemente venían de fiesta, y tras varios avisos del chófer sobre su comportamiento y por no llevar puesta la mascarilla obligatoria, se les pidió que abandonaran el autobús. Fue en ese momento cuando le arrojaron un vaso de cristal que le golpeó en el cuerpo y salieron corriendo.

Iñaki Fernández de Gorostiza, delegado de LAB y presidente del Comité de Empresas de Ekialdebus, señaló que "las agresiones tanto físicas como verbales son algo que vivimos todos los días". Además, señaló que con la pandemia y con las restricciones sanitarias que se deben cumplir en los autobuses, "las agresiones han ido a más", ya que "la gente no paga o no se pone la mascarilla".

Otro de los aspectos que resaltó Fernández de Gorostiza fue la necesidad de reunirse con la Diputación para dar solución a estas "agresiones diarias", ya que "no queremos respuestas después de que pasen, queremos que no sucedan". También definió como "insoportable" a la situación que están expuestas día tras día, ya que "produce un gran estrés acudir al trabajo sin la seguridad de que no pasará nada".

Ander Queiruga, conductor de autobús y asistente de la concentración, señaló que "las agresiones están siendo habituales en nuestro trabajo", ya que "todas las semanas pasa algo". Para poder evitar que esto suceda, pide medidas de seguridad. En su opinión, uno de los aspectos positivos en ese sentido ha sido la incorporación de la mampara debido al COVID-19 y a la obligación del distanciamiento: "La incorporación de la mampara nos ha salvado". En cambio, subraya que no es suficiente, y pide que modifiquen el "botón del pánico" que existe para alertar en caso de agresión a la empresa, que después alerta a la Ertzaintza. Queiruga lamenta que "para que llegue el aviso a la Ertzaintza, la alerta pasa por muchos intermediarios que provocan que la llamada no valga para nada y que los ertzainas no lleguen a tiempo".

Así pues, solicitan a la Diputación que se celebre una reunión en la que se busque una solución y poner en marcha un protocolo. A su vez, esperan que sea la última vez que se tengan que manifestar por esta situación al tiempo que insisten en una solución "urgente y unificada".