- Su técnica se convertía en una delicia para la vista, una "danza aérea" siempre precisa. "Era un máquina". Sin saberlo, muchos donostiarras y guipuzcoanos habrán sido testigo de ello. Sus vuelos a la isla de Santa Clara en los últimos meses dan fe de ello. Haritz Galarraga, de 47 años, es el piloto donostiarra que trasladó la grúa y el material de construcción necesario para asentar la escultura diseñada por Cristina Iglesias, que también tenía previsto transportar en próximas fechas. Nada de ello será posible. Su último vuelo tuvo lugar ayer a más de 400 kilómetros, tras estrellarse la nave que pilotaba en el término municipal de La Vansa i Fórnols, en la comarca leridana de Alt Urgell. Perdió la vida en accidente de helicóptero junto a un compañero mientras realizaban tareas de mantenimiento de líneas eléctricas.

Exalumno de Axular Lizeoa, Galarraga era un piloto muy alabado entre los profesionales por su gran pericia. Sobrevivió hace cinco años a otro accidente al saltar al agua poco antes de que se hundiera la nave. En esta ocasión no pudo ser. Protección Civil informó de que el accidente ocurrió ayer hacia las 12.00 horas, cuando un testigo llamó al teléfono de emergencias 112 para alertar de que acababa de ver caer un helicóptero. Tras el impacto, la nave se incendió, cerca del paraje de Sant Marc de La Vansa.

El siniestro obligó a activar la fase de alerta del plan Especial de Emergencias Aeronáuticas en Catalunya, Aerocat. Fue preciso movilizar un helicóptero medicalizado, una unidad terrestre del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) y tres medios aéreos de los Bomberos de la Generalitat, uno de ellos del Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE). Los efectivos del GRAE, los primeros que pudieron llegar al lugar del siniestro, sofocaron el fuego del helicóptero con extintores para evitar que las llamas se propagaran por la masa forestal cercana. Los Mossos d'Esquadra -que desplazaron siete unidades, entre ellas la especializada en intervenciones de montaña- han abierto una investigación para aclarar las causas del accidente. "Todo está en manos de las autoridades. Hemos perdido a dos compañeros, estamos muy consternados", indicaron a este periódico fuentes de la empresa Helitrans Pyrenees, de la que el donostiarra era gerente.

Sus compañeros de profesión no daban crédito a lo ocurrido en un sector en el que la pasión por el vuelo lo es todo, y llegar a vivir de ello solo está al alcance de unos pocos, por lo que todos se conocen. "Le debía un favor por el gesto que tuvo con nosotros. Por medio de él y a través de su empresa pudimos despegar en helicóptero desde Hondarribia a Donostia. Fueron veinte minutos maravillosos, para acabar aterrizando en Guadalupe", recordaba ayer un conocido, muy agradecido. "Hemos trabajado juntos. Hace dos días estuvimos hablando con él por teléfono", decía ayer, sorprendida por la noticia, la mujer de un compañero que se está sacando nueva licencia para trabajar precisamente con Galarraga.

Antes de que se decretara el estado de alarma, el donostiarra estuvo dando muestras de su extraordinaria habilidad en los vuelos de carga y descarga a la isla de Santa Clara. "Se posicionaba como nadie, era muy bueno", decía un compañero, consciente de la peligrosidad que entrañan muchas de las maniobras, como la de sortear líneas de alta tensión, tarea en la que ayer perdió la vida.

En su dilatada trayectoria, Galarraga tuvo ocasión de vivir en primera persona el peligro que puede entrañar la profesión. Ocurrió el 19 de mayo de 2015, cuando despegó de Almería con destino a su base, en La Seu d'Urgell (Lérida). El donostiarra, ya muy experimentado pese a su juventud, junto al catalán Marcel Selma eran los únicos ocupantes del helicóptero. Sobrevivieron al accidente al saltar al agua poco antes de que se hundiera el aparato. Concluida la jornada de trabajo, iniciaron el regreso a los Pirineos catalanes cuando a la altura de Murcia una tormenta con rayos y fuertes granizadas los desvió hacia el mar. Cuando sobrevolaban la costa de Pinedo, un problema técnico les obligó a realizar un amerizaje de emergencia, como se conoce el impacto de forma controlada en una superficie acuática. La aeronave cayó al agua a las 15.18 horas. Segundos antes, el rotor empezó a hacer un ruido extraño. El helicóptero comenzó a perder altura. Pese a las dificultades, Haritz logró que la aeronave tocará el mar de panza con la menor violencia posible.

Exalumno de Axular Lizeoa, participaba en los trabajos de la isla de Santa Clara y tenía previsto trasladar la escultura de Cristina Iglesias