l miedo es libre. Cada persona vive las situaciones de diferente manera, pero para enfrentarse a crisis como la derivada ala irrupción del COVID-19 disponer de una información veraz y contrastada es fundamental. Cuando el acceso a esa información se dificulta el miedo corre más, de la mano del desconcierto.

Las personas ciegas y sordas han vivido el confinamiento y la entrada a la 'nueva normalidad' de distinto modo. Si ya antes del coronavirus en su día a día eran muchas las barreras que tenían que superar, en la actualidad son incluso más.

¿Cómo sabe una persona ciega si hay una cola ante un establecimiento o si está guardando la distancia de seguridad?, ¿cómo puede una persona sorda acceder a los mensajes del resto de personas que portan mascarillas que les impiden leer los labios.

Estas y otras muchas situaciones son a las que deben de hacer frente las personas ciegas y las personas sordas, aunque la experiencia de cada individuo sea diferente.

En todos los casos, si ha habido un factor agravante ha sido el de la soledad, el no contar con un puente con el exterior. El apoyo de asociaciones y profesionales ha resultado de vital importancia para superar el miedo.