- La Asociación de Hoteles de Gipuzkoa auguraba hace pocas jornadas que el de 2020 no será un gran verano. Tras la irrupción del COVID-19 no se espera que el índice de ocupación supere el 30%.

Cruzando los dedos para que la situación siga mejorando, con mucha incertidumbre y esperando a que el panorama se vaya aclarando, los establecimientos hoteleros del territorio se han preparado para que la nueva normalidad no afecte a la comodidad de los clientes.

Raúl Fernández Acha es director del hotel Arbaso, que apenas llevaba mes y medio en marcha cuando llegó el confinamiento, tiempo que han aprovechado para pulir detalles y dejar las instalaciones "espectaculares".

Fernández Acha no quiere profundizar en las medidas de seguridad y protección adoptadas. "Es nuestra obligación y por supuesto que hemos adoptado todas las medidas necesarias y extremado el cuidado para que la estancia de los visitantes sea grata y cómoda".

Arbaso volvió a abrir sus puertas el pasado viernes, día 26 de junio. "Esos meses hemos tenido tiempo de ir adaptándonos al plan de contingencia. El cliente entiende las medidas adoptadas y las respeta, porque sabe que es para protegerle y proteger al personal", subraya.

"No hemos tenido quejas, aunque las medidas que se adoptan causan algunas molestias, por ejemplo, inciden en las esperas", explica.

Pero al ser Arbaso un hotel boutique de solo 50 habitaciones, la adaptación no ha sido tan complicada. Por ejemplo, no ha tenido que reestructurar su oferta de desayunos, ya que no los planteaba en bufet sino que se ofrecen a la carta de la mano del restaurante Narru, situado en la planta baja.

"El tema de la seguridad e higiene es prioritario y obligatorio. No queremos cargar las tintas en esta idea a nivel de comunicación, es algo que tenemos que hacer. Vamos a dedicar tiempo a mejorar nuestros servicio, la calidad", añade.

Trabajar la excelencia es el objetivo de Arbaso y "poner el valor el destino". "Este es un destino premium y no queremos entrar en otro segmento. Destino seguro tiene que ser siempre", incide.

Por ello en este jovencísimo hotel se prima el detalle "aunque la puesta en escena sufra un poco en aras a la seguridad".

"Hemos empezado a recibir visitantes y no tienen miedo. Este es un hotel para clientes que vienen por ocio y porque quieren", asegura.

Son los hoteleros los que tienen cierto temor a la evolución de la situación. "No sabemos qué va a pasar mañana, si puede haber un brote. Por eso estamos esperando a la segunda quincena de julio a ver si se aclaran las cosas. Ahora recibimos reservas de última hora, que no es lo habitual. Además, hay que decir que las condiciones para los clientes son muy flexibles, también en las anulaciones de reservas. Es verdad que no llegan los estadounidenses, que son los clientes estrella, y no sabemos cuándo lo harán", destaca.

De momento han recibido visitantes de cercanía, de origen estatal al 85%, muchos procedentes de otros puntos de Gipuzkoa y Euskadi, Navarra, La Rioja y algún francés.

El 85% de los clientes llegados desde el viernes a Arbaso son de procedencia estatal y han constatado presencia de guipuzcoanos