- Con los focos de COVID-19 en Basurto y Txagorritxu prácticamente controlados, la pandemia en Euskadi afloja y los datos invitan al optimismo. Ayer no se registró ningún fallecido, las UCI apenas contabilizan 16 pacientes graves y los hospitalizados bajan de los 200, cifras impensables hace solo un mes. Además, se ha aumentado notablemente la capacidad de detección del coronavirus. De hecho, diez de cada cien vascos, aproximadamente 215.000 personas, ya se han sometido a pruebas del coronavirus desde el inicio de la pandemia. "Este dato es una muestra más de que la vigilancia y la detección precoz es nuestra mayor fortaleza", resaltó ayer la consejera de Salud, Nekane Murga.

Por ello, aseguró que se ha pasado de una fase de contención del virus a una fase de "vigilancia activa" con la realización de pruebas. Esto ha permitido detectar a tiempo y controlar los focos surgidos en los hospitales de Basurto y Txagorritxu. Como consecuencia de las 5.185 personas analizadas, en Basurto el número de infectados se eleva a 42, es decir, un positivo más que el dato facilitado el lunes, que corresponde a un trabajador del centro. Mientras, en Txagorritxu se han descubierto dos nuevos contagios, "contactos estrechos" que permanecían en aislamiento, con lo que los infectados suman quince.

Según los datos aportados, en el conjunto de Euskadi se han registrado en las últimas horas trece nuevos contagios confirmados por PCR, incluidos los de los focos de Basurto y Txagorritxu, cinco más que los del último boletín, de los que dos se han detectado en Gipuzkoa, seis en Araba y cinco en Bizkaia.

Murga explicó que se está todavía en un periodo de latencia en el que pueden aparecer nuevos casos, incluso, "aquellos que fueron ya identificados como posibles". Cuestionada sobre si el aumento de contagios es atribuible al foco en el hospital de Txagorritxu o a un brote extrahospitalario, indicó que se está estudiando pero que no se tienen identificados nuevos focos. "De momento, se han identificado estas dos porque estaban siendo contactos estrechos, estaban en aislamiento y, en el momento que han dado positivo, se ha sabido claramente unirles al foco, pero cabe la posibilidad de que las otras personas que el lunes dieron positivo, una pueda ser un familiar de uno de los ingresados y que lo conozcamos a lo largo del día", afirmó.

No obstante, negó que se hayan identificado brotes extrahospitalarios ni en Araba ni en el resto de Euskadi. "En ocasiones identificamos contactos estrechos que son positivos, pero no hemos identificado áreas de contagio que hayan hecho que varias personas no convivientes o sin vínculo claramente estrecho sean positivas", precisó.

La consejera destacó que 23 personas que resultaron infectadas han quedado libres de COVID-19 en las últimas horas tras haber dado negativo en pruebas PCR y otras siete han sido dadas de alta en los hospitales. En las UCI hay dos ingresados menos, por lo que los pacientes graves ascienden a 16, dos de ellos en el Hospital Donostia.

"La situación es buena", insistió Nekane Murga, quien volvió a hacer un llamamiento a la población a extremar las medidas de distanciamiento social y el uso de las mascarillas, comportamientos que son los "mejores aliados" para mantener la tendencia positiva.

Sin cambios. Después del fallecimiento el lunes de una residente de un centro de mayores, ayer no hubo novedades en las residencias de Gipuzkoa, por lo que son tres las personas que permanecen con diagnóstico positivo en COVID-19, todas ellas del centro GSR Debagoiena e ingresadas en la planta sociosanitaria del Hospital de Eibar. Desde el inicio de la crisis sanitaria, 392 personas mayores han superado la enfermedad y 168 han fallecido.