- La decisión de cerrar el centro a visitas una semana antes del confinamiento, desde el 7 de marzo, anticipándose a casi todos, "fue muy complicada", porque las cosas entonces no se veían con la perspectiva que da el tiempo y suponía dejar sin visitas a 108 residentes, el 90% de la comarca de Goierri, acostumbrados a un trato muy cercano.

La decisión "vino de arriba", del grupo Sanitas, y pudo resultar clave, reconoce el director del centro Txindoki de Lazkao, Joseba Badiola. La palabra que define los últimos meses de trabajo es "estrés": "Ha sido una situación especial, unas semanas que se nos han hecho muy largas y en las que, por suerte, hemos tenido cero impacto COVID-19. Nosotros hemos extremado las medidas preventivas y de higiene, pero también tienes que tener suerte", admite.

Las medidas adoptadas son múltiples, no solo las pruebas PCR (todas negativas), la distancia y la higiene, sino medidas de sectorización del trabajo y de protocolo: se restringieron todas las actividades grupales, sin comedor, confinando en sus habitaciones a los residentes. Una nueva organización que ha exigido casi un 15% más de personal.

La presión ha sido enorme, porque la limitación de movimientos apuntaba a "un único vector de contagio": "Nosotros, los trabajadores, éramos los únicos que podíamos contagiarles". Y esa tensión, ese vínculo, dice Badiola, ha favorecido que "las relaciones entre el personal y los familiares de los residentes hayan sido súper íntimas. Hemos derramado muchas lágrimas y es bueno", dice.

"Pero el bicho sigue ahí", recuerda Badiola, un firme defensor del modelo guipuzcoano de residencias, entendido como "una prolongación del hogar, de proximidad, apegado a la persona. Se pueden implementar mejoras, eso siempre: segmentar un poco más y trabajar en grupos más reducidos, pero creo que el sistema guipuzcoano es un modelo de éxito. Hacer sentir bien al que está aquí, es la clave del éxito", dice.

"El sistema guipuzcoano de residencias como prolongación del hogar es un modelo de éxito"

Director de la residencia Txindoki