"¿Llegaste a casa con bragas? Pues ahí tienes la respuesta", es la contestación con la que el acusado de violar a una menor inconsciente por la ingesta de alcohol, respondió a las pocas horas a la víctima cuando ella, angustiada, le preguntó sobre sucedido aquella noche a través de una red social. Esta conversación, que el mismo procesado definió como un acto "de inmadurez" en la primera sesión del juicio y que para la víctima supone una "confirmación en toda regla" de lo acontecido, ha centrado buena parte de la segunda y última jornada de la vista por estos hechos celebrada este miércoles en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa.

El suceso tuvo lugar la madrugada del 29 de octubre de 2017, cuando la chica, por entonces menor de edad, salió de fiesta con sus amigas y, tras beber vodka, chupitos y otros licores durante la noche, acabó en una céntrica discoteca donostiarra donde perdió la noción de lo que estaba pasando, hasta que despertó horas después desnuda de cintura para abajo en un local de jóvenes.

La menor fue encontrada por su padre gracias a una aplicación de localización de su teléfono móvil en compañía del encausado, un chico condenado por otro caso de abusos sexuales a una niña de 14 años con la que mantuvo una relación sentimental y con la que había tenido relaciones completas en dos ocasiones tan sólo unos meses antes.

Según el relato de los testigos y del propio acusado, que había comenzado a seguir a la víctima por Instagram una semana antes de lo sucedido, él mismo la condujo allí, profundamente afectada por el alcohol, como han demostrado los informes forenses, en un estado en el que la chica era "incapaz de mantenerse en pie" pero que, según sostiene el inculpado, no le habría impedido "enrollarse", mantener relaciones sexuales consentidas e incluso decir que le "gustaba".

La Fiscalía ve en la pregunta del acusado la "prueba escrita de falta de consentimiento"

Una versión no compartida por el fiscal, que reclama seis años de reclusión, ni por el abogado de la acusación particular, que eleva su petición hasta los diez, quienes mantienen que la chica "ni podía, ni quería, ni estaba en condiciones de consentir", como demuestra la pregunta sobre lo que había sucedido aquella noche que hizo al acusado a través de las redes sociales, constituida ahora en una "prueba escrita de la falta de consentimiento".

Una acción de la que el encausado se ha mostrado arrepentido. "Se arrepiente todos los días porque confirma lo que acabada de hacer. ¿Cómo no se va a arrepentir de haber mandado ese mensaje a la que acababa de ser su víctima en un delito sexual?, se ha cuestionado hoy el fiscal, quien ha criticado también la versión "exculpatoria" dada por el acusado, por "ambigua" y "vaga", con pocos recuerdos de lo sucedido "salvo para decir que las relaciones fueron consentidas".

Algo que no había manifestado hasta la misma vista oral, en opinión del fiscal, obligado por la "abundancia de prueba que lo acredita".

En este argumento también ha incidido el letrado de la acusación particular, quien ha recordado que, al ser interrogado sobre por qué no había desvelado antes que las relaciones habían sido consentidas, el acusado respondió: "porque me quería librar de esto".

Una estrategia que, a juicio de este abogado, ha consistido en negarse a "recordar" lo que ocurrió aquella noche para "librarse" de su responsabilidad penal.

Tras explicar que cuando sucedieron los hechos la víctima "bordeaba el coma etílico", acreditado, entre otras pruebas, por testigos y las cámaras de seguridad que les grabaron a ambos en el recorrido hasta el local, el acusador ha censurado también que el procesado haya dicho que a la chica le apeteció "enrollarse" con él, "como si el placer de la violación no le resultara completo si no le hiciera pasar esa humillación".

Por su parte, el abogado de la defensa ha afirmado que en este caso el asunto no está "tan claro" como pretenden las acusaciones, ha opinado que la víctima "ha tenido contradicciones" en su testimonio a lo largo del proceso judicial y ha dicho que lo "único" que la chica tiene "claro" es el momento en el que dejó de acordarse de todo, en la discoteca en la que coincidió con su representado.

Este abogado también ha mostrado su extrañeza por que las amigas de la víctima dejaran a la víctima sola en la sala de fiestas en aquellas condiciones con el acusado y ha insistido en que la menor también habría podido marcharse de allí si hubiera querido.