- El COVID-19 tiene posibilidades de desarrollo en Euskadi y mucho más en Gipuzkoa, el territorio con menor afección a este virus a todos los niveles. Primero fue el estudio de seroprevalencia realizado por el Ministerio de Sanidad, que situó al territorio con un 2,6% de infectados sobre el total de la población; es decir, unos 18.600 casos sobre un total de 716.000 habitantes. Y ahora un nuevo estudio realizado entre las personas diagnosticadas como posible COVID-19 en pleno auge de la pandemia, sin que se les pudiera realizar una PCR por falta de medios, arroja otro resultado sorprendente: solo el 22% de los diagnósticos COVID-19 sospechosos se confirman como tal. Uno sí, cuatro no.

De nuevo Gipuzkoa, que ayer volvió a registrar cero contagios, y se mantiene con cifras prácticamente inmaculadas, resultó ser el territorio vasco con menor afección a este virus. Los datos del conjunto de Euskadi también indicaron una presencia contenida del virus en la CAV, un 30% de casos positivos. Es decir, solo una de cada tres personas que los médicos creían podían estar infectados, sin prueba fehaciente que lo confirmase, resultaron ser pos. El estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad también arrojó datos contenidos en Euskadi, un 5,2% de la población analizada había desarrollado anticuerpos al virus.

El cribado realizado por el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza sobre personas diagnosticadas con síntomas compatibles con el COVID-19, pero a los que no se les habían realizado las pruebas para detectar el virus, se inició el pasado 23 de abril de forma simultánea al análisis de seroprevalencia en población general.

Estaba dirigido a personas que durante el periodo más virulento de la pandemia fueron diagnosticadas por sus síntomas como posibles casos de coronavirus, pero a las que no se les realizó test alguno.

Para este estudio, presentado ayer por la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Nekane Murga, se seleccionó a 4.147 personas diagnosticadas clínicamente entre el 28 de febrero y el 15 de abril. Cabe recordar que el punto álgido de la pandemia se situó entre la última semana de marzo, en la que se llegaron a detectar más de 650 casos diarios, y la segunda semana de abril. Estas personas fueron citadas de forma escalonada para garantizar que cuando se hicieran la prueba, hubieran transcurrido 40 días desde que presentaron síntomas y los resultados se dieron a conocer finalmente ayer.

De todas estas personas, 907 quedaron excluidas: 584 por haberse hecho ya una PCR con resultado negativo, y el resto (324), por otras causas, como la imposibilidad de haber podido contactar con ellas o haberse hecho las pruebas por otra vía.

El cribado realizado por el Departamento de Salud y Osakidetza entre las 3.240 personas que participaron de forma voluntaria en el estudio ha confirmado la sospecha de positivo en 959 de ellas, es decir, que en un 30% de los posibles casos, se ha confirmado la sospecha de que se trataba una persona con COVID-19.

El índice de positivos entre las mujeres (27%), por cierto, resultó sensiblemente inferior al de los hombres (33%). Fueron 1.777 las mujeres que participaron, y 1.463 hombres.

Por edades, de nuevo los porcentajes más altos de positivos se registran a partir de los 60 años. La distribución de las personas que se han sometido a las pruebas por territorios es la siguiente: Gipuzkoa (741 personas y un 22% de positivos); Araba (1.121 participantes y un 33% de positivos) y Bizkaia (1.378 participantes y un 31% de positivos).

Según informó Lakua, el pasado lunes dio comenzó a citar a más personas para una segunda etapa de este cribado. En él podrán participar 8.338 personas, más del doble que en la primera fase. Serán aquellas que que hayan manifestado fiebre durante esta crisis sanitaria.

La consejera de Salud del Gobierno Vasco, Nekane Murga, se mostró convencida de que los resultados de este cribado, junto al esfuerzo que Euskadi desarrolla en ámbitos como el asistencial, el de la vigilancia, detección precoz y control de nuevos casos o el investigador, servirán para tener un mayor conocimiento de la enfermedad y para preparar a Euskadi "lo mejor posible" para "futuros escenarios".

El estudio contempla una segunda fase que arrancó el lunes y analizará también a las personas que tuvieron fiebre durante la pandemia