- Las casas rurales -y el turismo en general- han perdido ya buena parte de sus meses fuertes, algo que ya resulta imposible recuperar. "Enero y febrero son muy flojos y justo en marzo, cuando empezamos a trabajar más con el puente de San José y Semana Santa, tuvimos que cerrar. Y así seguimos", comenta Eneko Goiburu, dueño de Ondarre Baserria, alojamiento de agroturismo situado en Segura y que mañana lunes volverá a abrir sus puertas... aunque por ahora sin mucho movimiento: "Hasta hace poco hemos estado gestionando cancelaciones y ahora poco a poco se va moviendo la cosa. La gente llama, pregunta para ver si puede cancelar en caso de no poder venir... Se oye y se lee que establecimientos como el nuestro son los que se van a mover por ser pequeños y tranquilos, pero por ahora la verdad es que apenas tengo reservas para julio".

Eneko coincide con otros propietarios en que las reservas están entrando "para agosto": "Igual a última hora la gente se anima para julio, pero parece que agosto será más movido. Es normal, la gente por ahora no se atreve, no sabemos ni cómo va a evolucionar la enfermedad ni cuánto dinero vamos a tener para las vacaciones. Al menos, el tema de los extranjeros nos afecta menos porque la mayoría, al menos en nuestro caso, es público estatal".

El dueño de Ondarre Baserria agradece que Nekatur les haya "facilitado los protocolos de limpieza y los productos que hay que adquirir". Tomar todas las medidas va a suponer más trabajo: "Hacer una habitación nos va a costar el doble de lo normal porque queremos hacer bien las cosas para que el cliente esté cómodo".