- "Estamos viendo un poco la luz". Idoia Ezkurdia, gerente de Nekatur, asociación que aglutina 238 agroturismos y casas rurales de Euskadi -128 de ellos en Gipuzkoa-, resume la situación del sector, que, después de varios meses cerrado, empieza a abrir las puertas con la esperanza de salvar "a última hora" una temporada estival que por el momento se presenta discreta, con un mes de junio ya prácticamente perdido y un julio flojo, con más expectativas de cara a agosto, cuando varios propietarios consultados por este periódico esperan trabajar "de forma parecida" a otros años: "Puede ser un mes bueno".

Por tratarse de alojamientos en principio retirados de las grandes ciudades y donde, por tanto, es más fácil mantener los protocolos de higiene y evitar la masificación de gente, las casas rurales pueden resultar un destino apetecible este verano para los turistas. Pese a ello, la temporada se presenta "inestable" y en ningún caso llegará a cifras de otras temporadas de verano. "Hasta hace poco solo se han gestionado cancelaciones. Cuando el presidente del Gobierno dijo que habría turismo este verano fue como el pistoletazo de salida y aumentaron las llamadas".

Pese a ello, Idoia Ezkurdia reconoce que a día de hoy tienen "muchas incógnitas": "Que abran las fronteras no quiere decir que la gente vaya a venir enseguida. Y entre el cliente estatal, todo está supeditado también a la situación económica de cada familia, a los calendarios laborales... Parece que la gente, por confianza o por querer esperar, está mirando más al mes de agosto".

Según datos facilitados por Nekatur, a día de hoy la ocupación prevista para los meses de julio y agosto en los alojamientos de Gipuzkoa es del 24% y el 40%, respectivamente, cuando el pasado año por estas fechas los porcentajes eran del 42% y el 58%. El empujón de "última hora" puede mejorar las cifras, o al menos eso esperan desde la asociación, que también subraya otro factor que puede jugar a su favor: durante los últimos años el 80% de su clientela ha sido estatal, lo que minimiza el impacto de la previsible bajada de visitantes extranjeros a Euskadi.

Otro de los aspectos que se han debatido en los últimos meses entre los alojamientos que pertenecen a Nekatur es si bajar los precios o mantenerlos. "Eso depende de cada uno, va a ser un año complicado porque existe la misma oferta pero hay menos demanda", explica Idoia Ezkurdia. Pese a ello, desde la asociación han trasladado a las casas rurales y los agroturismos que "mantengan los precios". El motivo es que el coste para los propietarios "ha subido" por la compra de productos como mascarillas o geles o la mayor inversión de tiempo para limpiar las habitaciones o las zonas comunes. Las casas rurales y agroturismos confían en que este esfuerzo valga la pena. Con el verano ya previsiblemente instalado en la nueva normalidad, el turismo de naturaleza, lejos de las aglomeraciones de gente, puede ser la opción ideal.

Eneko Goiburu

Ondarre Baserria, Segura

"Limpiar una habitación nos va a costar el doble de lo normal"

Las casas rurales -y el turismo en general- han perdido ya buena parte de sus meses fuertes, algo que ya resulta imposible recuperar. "Enero y febrero son muy flojos y justo en marzo, cuando empezamos a trabajar más con el puente de San José y Semana Santa, tuvimos que cerrar. Y así seguimos", comenta Eneko Goiburu, dueño de Ondarre Baserria, alojamiento de agroturismo situado en Segura y que mañana lunes volverá a abrir sus puertas... aunque por ahora sin mucho movimiento: "Hasta hace poco hemos estado gestionando cancelaciones y ahora poco a poco se va moviendo la cosa. La gente llama, pregunta para ver si puede cancelar en caso de no poder venir... Se oye y se lee que establecimientos como el nuestro son los que se van a mover por ser pequeños y tranquilos, pero por ahora la verdad es que apenas tengo reservas para julio".

Eneko coincide con otros propietarios en que las reservas están entrando "para agosto": "Igual a última hora la gente se anima para julio, pero parece que agosto será más movido. Es normal, la gente por ahora no se atreve, no sabemos ni cómo va a evolucionar la enfermedad ni cuánto dinero vamos a tener para las vacaciones. Al menos, el tema de los extranjeros nos afecta menos porque la mayoría, al menos en nuestro caso, es público estatal".

El dueño de Ondarre Baserria agradece que Nekatur les haya "facilitado los protocolos de limpieza y los productos que hay que adquirir". Tomar todas las medidas va a suponer más trabajo: "Hacer una habitación nos va a costar el doble de lo normal porque queremos hacer bien las cosas para que el cliente esté cómodo".

Alejandro Pérez Rubiales

Gorosarri, Eskoriatza

"Hemos estado dando servicio a sanitarios"

La casa rural Gorosarri, situada en Eskoriatza, ha permanecido abierta prácticamente desde el inicio de la pandemia porque estado "dando servicio a sanitarios", tal y como explica su dueño, Alejandro Pérez: "Es gente que viene a la residencia o al hospital a trabajar y luego no pueden ir a casa por tener un familiar de riesgo o por lo que sea. Solo tres casas rurales hemos dado este servicio en Euskadi". Esto hace que ya tengan aplicado "el protocolo de limpieza" de cara a la llegada del turismo, algo que "poco a poco" empieza a moverse.

"La gente está llamando por teléfono, pero por ahora más para preguntar que otra cosa, piden bastante información", cuenta Alejandro: "Esta semana nos han hecho alguna reserva. Se canceló todo lo que teníamos para verano y ahora están empezando a entrar cosas. Para julio muy poco y agosto pinta algo mejor. La primera semana la tenemos ocupada, pero esperamos que la gente se anime poco a poco. Del extranjero, por ahora nada".

Elixabete Etxezarreta

Altzibar Berri, Urnieta

"La que ha caido es gorda, la gente esta esperando"

Se da la curiosa circunstancia en la casa rural Altzibar Berri (Urnieta) de que esta semana ha tenido sus siete habitaciones ocupadas de lunes a viernes pero tiene vacío el fin de semana. La razón es que la gente ha vuelto a trabajar, pero no a hacer turismo. "Al no haber movilidad entre provincias se nota", comenta la dueña, Elixabete Etxezarreta, que cree que la gente está "esperando a ver cómo empezamos con la nueva normalidad para hacer sus planes de verano". Por ello, está recibiendo más consultas y reservas "de cara a agosto". Además, Etxezarreta es consciente de que la situación económica general no es boyante: "Las familias se lo tienen que pensar muy mucho. La que ha caído es gorda, y prefieren esperar. Por ahora muchos tienen las vacaciones en el aire".

Las características de los alojamientos rurales pueden ser "un punto a favor" para salvar la temporada de verano, considera la dueña de Altzibar Berri: "Somos alojamientos pequeños, con poco tránsito de público, y podemos aportar ese nivel de confianza que el cliente necesita". El protocolo de limpieza es exhaustivo: "Necesitamos más tiempo para limpiar, ventilar... así que si tenemos una salida y entrada el mismo día, pedimos a los clientes que nos dejen un poco más de tiempo para hacer una correcta limpieza".

Elixabete dice que "es difícil valorar" cuánto van a trabajar este verano: "Es una incertidumbre. Este año va a primar la última hora. La percepción es que en agosto vamos a trabajar bien. Esa es la esperanza que tenemos, aunque dependerá de cómo vaya el tema sanitario".

Ainara Arakistain

Zubeltzu Torre, Deba

"Nos preguntan más por apartamentos completos"

Ainara Arakistain, de Zubeltzu Torre, casa rural situada en Deba, coincide con otros dueños en que "el verano se va animando": "Julio parece que será flojito, pero agosto está bastante cogido ya. Vemos que hay gente que está en duda. Normalmente julio y agosto prácticamente llenamos sin problema, pero este año costará más. Hay personas aún con desconfianza, aunque supongo que habrá otras que tendrán ganas de salir y desconectar después de pasarse dos meses en casa".

Zubeltzu Torre cuenta con cinco habitaciones y tres apartamentos independientes, y Ainara nota las preferencias de los turistas de cara a este verano: "Nos están preguntando más por los apartamentos enteros, igual por tener cocina, por estar más tranquilos...". La baza de las casas rurales en esta época marcada por el coronavirus es "la tranquilidad": "No es como un hotel de no sé cuántas habitaciones en los que se junta un montón de gente".

Por ello, Ainara confía en que "julio se anime" pese a que por ahora tienen pocas reservas, y que agosto sea un buen mes, como el de cualquier otro año: "Creo que se llenará salvo que haya un rebrote o algo. Espero que no pase nada porque hemos estado casi tres meses cerrados".