l 11 de mayo entró en vigor la nueva estrategia de diagnóstico, vigilancia y control en la fase de transición de la pandemia, con la que ha cambiado el sistema con el que Sanidad recopilaba y trasladaba los datos de las distintas comunidades para adaptarlo a la evolución epidemiológica.

Hasta ayer, el número de fallecidos asciende a 27.128, según Sanidad. Una serie histórica que será actualizada en unos días, cuando las CCAA concluyan la validación de los datos de la peor parte de la pandemia.

Las discordancias se dan en las cifras de defunciones y también en hospitalizaciones e ingresos UCI. Pero las de muertos son, para el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, las que más “duelen”.

Son los fallecidos por coronavirus con un diagnóstico positivo confirmado. Dos cifras han disparado las alarmas. La información del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria a partir de los datos de registros civiles, que indica que entre el 17 de marzo y el 25 de mayo se han producido 43.000 muertes más de las esperadas estadísticamente para esta época del año, un incremento de un 42%. Y el INE, según el cual las defunciones estimadas en España durante las 21 primeras semanas de 2020 ascienden a 225.930, un 24,1% (43.945) más respecto a 2019.

Simón ha explicado una y otra vez que la cifra no es definitiva, que hay que esperar a la validación de las comunidades y ya habrá tiempo para limpiar y definir la serie histórica.

A Sanidad le preocupa ahora la evolución de la pandemia y el control de nuevos brotes y son esos datos -nuevos contagios y su vigilancia- los que centran la atención de los técnicos.

El nuevo sistema se estrenó dos semanas después para dar tiempo a las autonomías a rebajar la presión asistencial. Así, desde el 25 de mayo, el Ministerio informa de los casos diagnosticados el día previo y en los últimos 7 y 14 días, los confirmados con inicio de síntomas una y dos semanas antes, y las hospitalizaciones, UCI y defunciones en 7 días.

Pero el estreno coincidió con la desaparición de casi 2.000 muertos del cómputo global, algo que Simón achacó a que se habían eliminado casos duplicados o que no cumplían con la definición de caso. Desde entonces, no han hecho más que sucederse las discrepancias.

¿Cómo es posible que durante una semana el Ministerio no cambiara el global de fallecidos de Madrid cuando la Comunidad informó de 12 muertos en un día? ¿O que durante dos días Sanidad mantuviera la misma cifra de decesos totales cuando Castilla y León le había trasladado dos nuevos?

Las series van a permanecer congeladas y solo se modificarán cuando se produzca un fallecimiento el día anterior; y así va a ser hasta que todas las CCAA actualicen sus series, en “cuestión de días”, según Simón.

Sanidad aclara que son las comunidades las que introducen los datos a través de la herramienta SiViEs que gestiona el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III; y son esos los que usa el CCAES para mostrar la evolución. Con lo que puede ocurrir que si una comunidad notifica un nuevo número de muertes pero no asigna ninguna al día previo, no constará en el balance diario.

El mecanismo de registro de defunciones ha sido parecido a lo largo de toda la epidemia, pero con el nuevo sistema “han cambiado mucho los tiempos que se tarda en realizar el proceso”, admite Simón. Cuando una persona identificada como caso es hospitalizada “hay que volver a su historia clínica, a su ficha de notificación, e incluir la fecha. Es un acto que se tiene que hacer en cada servicio de salud pública de las comunidades”.

Y si posteriormente es ingresada en UCI, “hay que volver a su ficha y anotar la fecha del ingreso”. En algunos lugares el proceso está automatizado, pero si no se introduce no constará en la estadística. Si fallece, hay que volver a la ficha del paciente, en la base de datos del hospital, de primaria o de salud pública, o en la historia clínica, y anotar la fecha.

Son los casos previos al 11 de mayo los que pueden implicar más retrasos, ya que es cuando las comunidades estaban más sobrecargadas. Puede suceder que algunas tengan problemas para actualizar las fichas anteriores al nuevo sistema de vigilancia y den fallecidos sin fecha de defunción. “Los fallecidos se van a conocer todos, pero en algunos momentos puede haber un retraso”, justificó.

Atribuía 30.000 fallecidos a España. La Organización Mundial de la Salud (OMS), que durante varios días reportó unas 2.700 muertes más por coronavirus en España que las informadas por el Ministerio de Sanidad, corrigió ayer sus cifras para equipararlas con las nacionales. “Hemos corregido los datos en nuestros sistemas para realinear los cálculos de casos y muertes con los de España, y emitiremos una fe de erratas en el informe de situación”, declaró el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic. Otra fuente habitual de estadísticas sobre COVID-19, la Universidad Johns Hopkins estadounidense, ofrece datos muy similares a los del Gobierno español.