- Desde que el coronavirus entró en nuestras vidas, las medidas que han afectado a la infancia y la juventud han sido especialmente sensibles. Ahora que llegan el fin del calendario lectivo y el verano, es el momento de que ese colectivo de la sociedad puede llevar a cabo esas actividades que se han hecho costumbre y que son una prolongación de las actividades extraescolares habituales y permiten a sus familias mantener la conciliación hasta la llegada de las vacaciones laborales. En Semana Santa ya se suspendieron, pero ahora el Real Decreto del pasado 30 de mayo abre una puerta para que se puedan celebrar a partir de finales de junio, aunque con limitaciones, los campus deportivos, un sector económico que en estas semanas estivales suele generar cientos de puestos de trabajo temporales y mueve un importante volumen de dinero, no solo por la necesidad de contratar a monitores, sino porque también estas fechas suponen un extra para sectores como el del transporte, la alimentación o el ocio.

Unicef acaba de recordar que “el juego y la recreación son elementos esenciales que ayudan a la estimulación, a la interacción con otros y al aprendizaje de habilidades sociales, además de impulsar la inteligencia y la creatividad”. También ha dejado una serie de consejos que las empresas y clubes tratarán de llevar a cabo junto a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y la Consejería de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, que aún está diseñando un borrador hacia el documento definitivo que quiere ser consensuado. En este sentido, Unicef recuerda que “la distancia física no significa distancia emocional” y, por ello, insta a que se creen “espacios en los que niños, niñas y adolescentes se sientan a gusto, manteniendo siempre las medidas de seguridad sanitaria”.

Muchas instalaciones deportivas, sobre todo las públicas, están aún cerradas, las privadas están reabriendo con limitaciones y las organizaciones consultadas están analizando detalladamente los pros y los contras para poder llevar a cabo sus planes. Todas coinciden en que nadie quiere correr el riesgo de que se produzcan contagios entre los niños y niñas, de ahí que ya hayan tenido lugar algunas cancelaciones.

Las medidas que marcan las autoridades sanitarias están siendo estudiadas detenidamente ya que afectan tanto al régimen externo, solo con comida, o interno, con comida y pernoctación, y varían en función de la fase de la desescalada en que se encuentre cada territorio. Así, el Gobierno vasco apunta en su borrador que “durante la fase 3, para las actividades al aire libre se contempla una limitación máxima de 200 participantes, incluidos los monitores y monitoras. Para las actividades en espacios cerrados amplios con ventilación constante se contempla una limitación de 80 participantes”. En la llamada nueva normalidad, la limitación será de 300 participantes al aire libre y la misma que en la fase 3 en los espacios cerrados.

Uno de los aspectos más complicados es el de hacer respetar y guardar las medidas de protección y control en los participantes en los campus con un personal y unos medios a veces limitados. Habrá control de temperatura diario y, además, los padres y madres deberán firmar declaraciones que aseguren la perfecta salud de los participantes antes de ser recibidos en las distintas sedes y también deben cumplir el mismo trámite los monitores y monitoras. De momento, se están respetando las inscripciones ya recibidas y revisando los turnos para adaptarse a ellas y poner en marcha toda la logística.

Los protocolos sanitarios exigen que no haya grupos superiores a diez o doce deportistas, sin que se mezclen en la medida de lo posible durante la jornada, y las actividades o ejercicios que se realicen deben respetar la distancia de seguridad de dos metros. Los niños y niñas deberán llevar su propia equipación, con calzado diferente para la actividad física y para los espacios comunes, y nunca compartir botellas y toallas durante el ejercicio físico y bandejas o cubertería en los distintos turnos de comida. Al mismo tiempo, los diferentes objetos que se utilicen en el desarrollo del campus serán higienizados después de cada uso.

Mientras se definen todos los protocolos y medidas, una de las decisiones más lógicas es retrasar la fecha de inicio de los campus y prolongarlos incluso hasta bien entrado el mes de agosto, ya que este verano se prevé diferente y muchas familias no van a poder salir de su provincia. Con los horarios de playas y piscinas limitados, el deporte puede ser una buena alternativa para mantener ocupados a todos esos niños y jóvenes que han estado confinados en casa durante unas semanas que se les han hecho eternas y que ahora necesitan dar rienda suelta a esas habilidades que llevan paradas desde hace casi cuatro meses.

Unicef. La organización que vela a nivel mundial por los derechos de la infancia recuerda que “la distancia física no significa distancia emocional y hay que crear espacios para que los niños se sientan seguros”.

Participantes. El Gobierno Vasco dice que con la llegada de la nueva normalidad “la limitación será de 300 participantes al aire libre y de 80 en los espacios cerrados”.

Medidas higiénicas. Los participantes y los monitores pasaran controles de temperatura diarios y no podrán compartir espacios. Los materiales que se utilicen para realizar las actividades serán limpiados al final de cada jornada.

Harkaitz Millán, diputado de Cultura y Juventud de la Diputación de Gipuzkoa, se queja de que el Gobierno Vasco ha anunciado de forma “unilateral” las condiciones en las que se permitirán las colonias”. “Existía un foro para tratar esos asuntos”, lamenta.