ascarillas, gel hidroalcohólico y carriles de un único sentido son los nuevos aliados en los centros comerciales, que este lunes volvieron a abrir sus puertas al público, con un aforo restringido al 30% de la capacidad, tras más de dos meses cerrados -salvo los servicios esenciales de hipermercado y farmacias-.

Era una de las novedades de la fase 2 y, pese a no generar el furor que provocó la apertura de las terrazas, muchos fueron los que aprovecharon para acercarse a las grandes superficies comerciales para realizar sus compras.

"Estamos muy contentos, con mucha energía. Somos una comunidad y había muchas ganas de volver a verse y de ver vida en Garbera", reconocía a mediodía de este lunes Nuria Vegas, gerente de este centro comercial.

Bien es cierto que fue una apertura a medio gas, con muchas tiendas que todavía no han subido sus persianas y gran parte de los restaurantes cerrados, pero el centro comercial del barrio donostiarra de Intxaurrondo comienza a parecerse en algo a lo que era antes de la irrupción del coronavirus en Gipuzkoa. Eso sí, con los espacios de esparcimiento -áreas de descanso y zonas infantiles- cerrados y con las medidas de seguridad más presentes que nunca.

Bastaba con echar un vistazo a los accesos, donde las puertas de entrada y salida estaban perfectamente separadas para evitar aglomeraciones; botes de hidrogel daban la bienvenida a los visitantes que, con la mascarilla bien ajustada, seguían las pegatinas del suelo que indicaban la dirección a seguir. "Lo que más nos importa es que la gente cuando venga a Garbera se encuentre en un espacio seguro y que realice las compras de una forma cómoda", señaló Vegas, que explicó que se han monitorizado los accesos para así mantener controlado el aforo.

Escrupulosa también la seguridad en las tiendas, donde el espacio de un metro de separación está dibujado con marcas en el suelo y la distancia se mantiene con infinita paciencia a la espera del turno.

Unas medidas de protección que se repiten en Urbil, que ha reforzado los equipos de limpieza y desinfección para que todas las superficies de contacto como botones de ascensores, pasamanos, pomos de puerta o váteres, sean constantemente limpiados.

El Corte Inglés de Eibar también reabrió este lunes sus puertas, con medidas de seguridad reforzadas en todos sus espacios. En el sector textil, por ejemplo, los productos devueltos serán sometidos a higienización, mientras que las bolsas en las que el cliente devuelva la prenda serán destruidas y las perchas desinfectadas. Serán obligatorios los protectores para calzado y sombreros en el caso de querer probárselos, mientras que las joyas o gafas de sol serán limpiadas cada vez que un cliente las toque.

Se trata de la nueva normalidad a la que los clientes de los centros comerciales deberán acostumbrarse.

El personal de limpieza se ha duplicado para que los espacios y las superficies de contacto sean continuamente desinfectados

Las mascarillas son obligatorias, hay gel hidroalcohólico en cada tienda y guías en el suelo marcan la distancia de seguridad