- Tras sumar cinco días consecutivos sin nuevos contagios, Gipuzkoa estrenó ayer la tan ansiada fase 2 de la desescalada, una fase que arranca con la ilusión de una mayor libertad, pero también con la prudencia de quien, habiendo superado los errores de los primeros días de desconfinamiento, quiere aprovechar la calle sin poner en riesgo su salud ni la de quienes le rodean.

Pese a que la apertura de la actividad comercial y hostelera había difuminado en las dos últimas semanas los horarios de salida, ayer por fin, con estos suprimidos -salvo para las personas mayores de 70 años-, las familias volvieron a salir juntas a la calle sin preocuparse por el reloj.

Quizá el lugar más esperado en los últimos meses haya sido la playa, que ayer por fin abrió para bañistas y amantes del sol. Y es que a estas alturas de primavera, y más teniendo en cuenta el tiempo que ha hecho, muchos echaban de menos poder tumbarse a tomar el sol y disfrutar de un buen chapuzón. Aunque los mercurios apenas superaron los 20 grados, muchos aprovecharon para desquitarse de los meses de encierro.

Con los accesos limitados -las escaleras en La Concha están cerradas y la playa solo es accesible desde las rampas de los relojes y de la plaza Cervantes con un carril de entrada y otro de salida- y respetando las distancias de seguridad, los arenales volvieron a recuperar la imagen de primaveras anteriores, con niños jugando en la orilla o dándose un baño, y adultos relajándose en la arena.

En las calles también es palpable la eliminación de las franjas horarias, especialmente entre los deportistas, que han vuelto a tomar las calles a cualquier hora, con lo que muchos recuperaron la hora de comer para calzarse las zapatillas y correr por el centro de la ciudad.

Y por supuesto, como ocurrió en la fase 1, las terrazas continúan siendo las gran demandadas. Aquellas que disponen de mesas al sol están muy cotizadas y cada vez son más los establecimientos que tienen lista de espera para tomar algo.

También es cada vez más habitual la actividad en las tiendas. Si los primeros días a los clientes se les hacía raro comprar en esta situación tan atípica, parece que en el camino hacia la nueva normalidad, comprar se ha convertido en una actividad más que incluir en el día a día

Y precisamente por la obligatoriedad de utilizar mascarilla en los espacios cerrados, este complemento es cada vez más visible en las calles, señal de que la sociedad parece haber abanderado la prudencia en esta nueva etapa.

Así, Gipuzkoa comienza a recuperar una normalidad que en las próximas semanas irá sumando logros.

Los arenales están vigilados para que se respeten los aforos y se han habilitado carriles de entrada y salida para evitar aglomeraciones

Los deportistas han recuperado horas para ejercitarse y salir de tiendas es una actividad cada vez más normalizada