e ha publicado la primera parte del estudio estatal de seroprevalencia de la infección por el virus elaborado por el Instituto de Salud Carlos III, fruto del esfuerzo de muchos profesionales y de la colaboración de 60.897 voluntarios, de los que 2.830 eran vascos.

Ya explicamos en una Píldora/cápsula anterior, que la prevalencia es la proporción de individuos de una población que presenta, en este caso, la COVID-19, en una franja de tiempo determinada. También nos referimos a la técnica de inmunocromatografía y las pruebas rápidas para detectar los anticuerpos IgM, cuyos niveles máximos se alcanzan entre 7 y 10 días desde el inicio de los síntomas y suponen una infección aguda y activa, y los anticuerpos IgG, que alcanzarán niveles máximos entre los días 15 y 21, desde el comienzo de los síntomas y que nos informarán de una infección pasada y cierta inmunidad. La fiabilidad de las pruebas se sitúa alrededor del 70%, de falsos positivos o falsos negativos. La prueba diagnóstica, el kit utilizado en el estudio, procede de la empresa Zhejiang Orient Gene Biotech, que, para empezar, no figura registrada por la agencia china de medicamentos (NMPA). Otra más de Pepe Gotera y Otilio en la gestión de la crisis.

Nos ofrecen resultados parciales y preliminares, procedentes únicamente del test rápido. Una de las conclusiones es que la prevalencia estimada de anticuerpos IgG se sitúa en Euskadi en el 4 % (Araba 7,2%, Bizkaia 3,9% y Gipuzkoa 2,8%) y en Navarra del 5,8%, siendo muy similar en hombres y mujeres. Es menor en bebés, niños y en jóvenes, permaneciendo bastante estable en grupos de más edad. Es mayor en residentes de grandes ciudades. Este resultado demuestra que el confinamiento ha funcionado para paliar el colapso. Pero nada más. No hay que bajar la guardia. El virus sigue ahí.

No nos olvidemos de Joaquín y Alberto, del vertedero de Zaldibar, ni de comprar producto local de nuestros baserritarras. Doctor en Veterinaria