- Además de subdirectora del instituto público Lizardi de Zarautz, con cerca de 750 alumnos de Secundaria y Bachillerato y un centenar de profesores, Igone Azpiroz es coordinadora de la red Kalitate Hezkuntzan, que aglutina a 62 centros públicos de Euskadi. Y su “preocupación es septiembre, porque este curso está hecho; hemos trabajado desde el minuto uno del confinamiento. Ahora queda finalizar el curso actual, atendiendo a la diversidad del alumnado. Esta es nuestra preocupación y actividad en mayo y junio: ayudando a mejorar a, quien lo necesita, a superar las dificultades a quien ha tenido problemas, a quien ha suspendido, a quien desea mejorar su expediente... si eso requiere nuevas actividades, las haremos”, zanja.

Hasta ahora se han preocupado de “adaptar las clases y el proceso de aprendizaje a la nueva situación, reforzando la coordinación, subrayando la importancia de la tutoría y orientación, la atención personalizada, ver quién no tenía ordenador y dispensarle material del centro... Y de asesorar y animar al profesorado. De estar cerca de las familias para que confíen en nuestra capacidad de respuesta”, añade Azpiroz.

Pero ahora la clave es “qué hacer en septiembre, y mucha gente no se da cuenta de que nuestra realidad no va a ser igual. Que las salas de profesores no se pueden mantener igual, que los aforos tienen que recalcularse y repensarse todo; y de la importancia de las medidas de protección personal; nadie nos ha dicho, a fecha de hoy, si hay que pedir a las familias que traigan ese material, que entiendo que no. Esas pautas llegarán, pero mientras tanto pensamos en clave de avanzar y enriquecernos del conocimiento mutuo”.

“Somos conscientes de que trabajando en Educación cumplimos una función social, y septiembre está a la vuelta de la esquina. Y ahora mismo no podemos decir cómo empezará el siguiente curso”, asegura Azpiroz.

“Puede ser” que el inicio del curso 2020-2021 sea presencial del todo, “pero eso no quiere decir que no nos vayan a confinar de nuevo en octubre o noviembre, o que haya que implantar un protocolo de seguridad, por lo que habrá que tomar medidas de prevención seguro; y, ¿si no hay vacuna, ni normalidad? Ese es otro escenario y depende de qué recursos vengan del Departamento de Educación, del personal que se contrate, lo podremos planificar de una manera u otra”, señala.

Para la dirección de un centro de Secundaria, “a partir de mayo, no hay un mes tranquilo; en julio, en la preparación del siguiente curso, en una situación normal, no hay un minuto de paz. Pues imagínate este año. Yo creo que el único modo de abordarlo es prever los distintos escenarios posibles. Porque hay que ver qué ola viene y en qué dirección”, dice.

Azpiroz está “convencida” de que “durante un largo tiempo tendrán que compaginarse las clases presenciales con el sistema on line y considerar la videoconferencia con los alumnos y alumnas que no pudieran estar de forma presencial”.

Según explica, la tecnología estaba ya “integrada en los procesos formativos” y toda la gestión del centro, y el recurso de la videoconferencia recién incorporado ha venido para quedarse durante un tiempo”, augura. Para adaptarse a ese posible escenario, tendremos que estar atentos y preparados para hacer un esfuerzo”, reconoce.

De entrada, “como no sabíamos si íbamos a volver o no este curso, estamos haciendo muchos trabajos de limpieza y desinfección”, precisa, pero de cara a septiembre “hay que anticiparse, toma decisiones de antemano y luego amoldarse a la realidad”. Azpiroz cree que habrá habrá que reorganizar servicios de gran importancia como limpieza, transporte y comedor, entre otros. “No hemos parado de hacerlo desde marzo”, asegura.

“Estoy convencida de que durante un largo tiempo tendrá que compaginarse la clase presencial con el sistema online”

“En la planificación de un curso normal de Secundaria, desde julio no hay un minuto de paz. Imagínate este año”