- A partir del día 25, las tutorías se van a convertir en el pulmón de los centros educativos que decidan reabrir sus puertas. Además de orientar al alumnado que acuda a reforzar sus debilidades académicas, también serán un punto de apoyo para disminuir los temores y ansiedades de los estudiantes en torno al COVID-19 y abordar las dificultades emocionales que puede haber generado el confinamiento entre los menores. El profesorado, además, deberá adoptar medidas de prevención para luchar contra la estigmatización, para evitar los prejuicios y exclusión de quienes se han visto expuestos al virus. En este sentido, se actualizarán los programas contra el acoso escolar para prevenir y frenar la discriminación por COVID-19 y proteger a las personas que puedan sufrirla. "Hay que guiar a los estudiantes sobre cómo apoyar a sus compañeros y evitar la exclusión y la intimidación".

Estas son algunas de las medidas de apoyo psicosocial incluidas en el protocolo general de actuación en los centros escolares frente al coronavirus en el final del curso que el Departamento de Educación ha presentado esta semana a los distintos agentes que componen la escuela vasca (direcciones, profesorado, centros de FP, familias €). Se trata de un documento de catorce páginas y varios anexos con las medidas de higiene personal y del centro en el que el Gabinete que dirige Cristina Uriarte recoge de forma detallada cómo abordar la desescalada. El texto plantea cuestiones que van desde las pautas para el desarrollo de la actividad docente presencial y las medidas preventivas generales, al aforo y uso de los locales o la atención al alumnado vulnerable por la enfermedad.

La primera semana, además de aconsejar valorar la experiencia vivida desde una perspectiva afectivo-emocional, el documento propone que se haga un repaso de los mínimos trabajados durante el periodo no presencial. Recuerda, además, que es necesario incidir en los objetivos de final de etapa de 4º de la ESO y 2º de Bachillerato, los cursos en los que el alumnado se juega el título. Y tal y como recordó la consejera en las últimas semanas, el protocolo advierte de que el criterio principal en este retorno a las clases es "la flexibilidad, pivotando en la autonomía de centro y la responsabilidad compartida".

Cada centro, de acuerdo con esa autonomía y a lo que se ha ido trabajando en casa durante el confinamiento, "decidirá cuáles son las actividades necesarias a desarrollar y el grado de atención directa en el aula de los grupos o niveles de 4º de la ESO, 1º y 2º de Bachillerato". En definitiva, cada centro determinará su plan de retorno a las aulas "tras la consulta con la permanente del OMR y siembre tras contar con la autorización del Servicio de Inspección". Para reducir la movilidad y los agrupamientos, se restringirá el acceso a las personas imprescindibles y las personas externas, como las familias, que deberán pedir cita previa.

El documento también incluye un plan de contingencia que aclara los pasos a seguir ante la sospecha de síntomas de la enfermedad (fiebre, tos, dificultad respiratoria€) y en el caso de que se presenten síntomas del COVID-19 entre el personal. En caso de que se produzca un positivo, la Unidad de Vigilancia Epidemiológica se pondrá en contacto con la dirección del centro para hacer una evaluación del riesgo, identificar a las personas que han tenido contacto con el caso y aconsejar sobre las medidas que deben adoptarse. Y es que uno de los objetivos que persigue el protocolo es la detección temprana y el control del COVID-19 en los centros educativos para evitar la propagación del virus.