- Qué hacer y cómo gestionar la temporada de playas que en condiciones normales comenzaría el 1 de junio será el asunto que reunirá hoy en el palacio foral al diputado de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio, con los responsables de aquellos ayuntamientos cuyos municipios tienen arenales.

La actual fase del estado de alarma permanecerá vigente hasta el 24 de mayo, aunque el presidente español parece que tiene intención de pedir otra prórroga, en este caso de un mes. En cualquier caso, las restricciones a la movilidad y la distancia social seguirán marcando la convivencia ciudadana durante mucho tiempo, alcanzando de lleno a la gestión a la temporada veraniega.

Según ha podido saber este diario de varias fuentes municipales, el objetivo principal de la reunión de hoy es consensuar una estrategia compartida entre todos los ayuntamientos guipuzcoanos. De encuentros previos mantenidos entre los representantes municipales, se ha llegado a la conclusión de que lo más conveniente para todos es acordar un único plan para su aplicación en toda la costa, sin convertir la temporada en una especie de concurso por ver quién llega antes.

Dos son los principales asuntos a acordar: la fecha en la que se abrirán las playas y la gestión del aforo de cada uno de estos espacios, determinados con antelación a partir de los criterios sanitarios que establecerán la distancia física a respetar para evitar los contagios.

Según las fuentes consultadas, hoy se abordará una propuesta que pondrá sobre la mesa la Diputación que establece la apertura de la temporada el 1 de julio para todas playas. Es decir, la idea inicial es acortar la campaña, pero algunas voces han advertido de que el buen tiempo ya se dejará notar el próximo mes; de hecho, el 21 de junio, desde el punto de vista climatológico, ya será oficialmente verano, por lo que mucha gente se acercará a disfrutar del sol y del agua sin que los servicios públicos (socorristas, duchas, cabinas...) estén funcionando todavía.

La segunda cuestión importante es la de los aforos. Es decir, cuánta gente puede entrar en cada playa con los nuevos criterios sanitarios y cómo se organizará su acceso. Al parecer, se barajan sistemas que van desde el conteo puro y duro (hasta colgar el cartel de completo), a la instalación de un sistema de semáforos o el uso de aplicaciones tecnológicas, entre otras soluciones.

Otro aspecto a tener en cuenta será la marea, que en playas como la de La Concha reducen su espacio de forma considerable. Lo que parece seguro es que los arenales, este año, prescindirán de elementos como toldos, sombrillas y carpas, que favorecen la aglomeración y ocupan un espacio que será muy preciado este verano.

Probablemente, los criterios que se establezcan en este encuentro servirán también para la gestión de las piscinas municipales, la alternativa en las localidades del interior.