n los últimos días, han cobrado fuerza las noticias que hablan de que el Gobierno de Pedro Sánchez recomendará a la población el uso generalizado de las mascarillas para evitar contagios por coronavirus. En Euskadi, el Gobierno Vasco parece reacio a esta medida e insiste en que es más importante ser escrupuloso y constante en la limpieza de manos que dotar a la población de estas protecciones. Una disparidad de criterios que tiene su eco en el ámbito médico y el científico, que parece no terminan de ponerse de acuerdo sobre la idoneidad o no de emplear mascarillas de forma generalizada.

Lo cierto es que desde que comenzara la pandemia, el debate sobre el uso común de estas protecciones faciales ha estado sobre la mesa, si bien la realidad ha venido marcada por la escasez de stock y es que, en las últimas semanas estamos asistiendo a una verdadera guerra, con decenas de estados tratando de abastecerse ante el avance de la enfermedad.

Por ello, la cuestión principal es si habrá mascarillas para todos en el caso de que se recomiende su uso generalizado, más si cabe cuando los diferentes profesionales del ámbito sanitario vienen denunciando desde hace tiempo que carecen de estas protecciones.

En cualquier caso, por el momento, tanto el Ministerio de Sanidad como la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejan utilizar esta protección únicamente cuando la persona está enferma, si bien los últimos estudian cambiar su criterio al respecto ante nuevas evidencias que sugieren que hacerlo podría ayudar a contener la pandemia.

No todas valen

El peligro del desabastecimiento

Por el momento, la OMS recomienda el uso de mascarillas a aquellas personas que se encuentran enfermas, tienen tos o estornudos frecuentes, y aquellas que, aun estando sanas, atienden a personas infectadas por COVID-19.

Se utilizan para evitar que los virus que se encuentran en las minúsculas gotas de saliva que salen de la boca queden retenidas en esta tela protectora. Sin embargo, cuidado, porque no todas las mascarillas son aptas para proteger del coronavirus.

Los inmunólogos recuerdan que son seguras aquellas que se han fabricado "específicamente" para retener al virus, que son precisamente las que tratan ahora de adquirir todos los países azotados por el coronavirus.

Por ello, ante la escasez de estas mascarillas, los expertos recomiendan limitar su uso al personal sanitario y a las personas infectadas, ya que, de lo contrario, el problema de desabastecimiento podría agravarse.

Ante esta problemática, muchas personas han optado por coser en casa sus propias mascarillas de tela. Como iniciativa no está mal, aunque los expertos advierten de que no son válidas para frenar el virus, si bien este se encontrará con varias capas de tela que actuarán en cierta medida de barrera, con lo cual, tendrá mayor dificultad para penetrar en tu cuerpo que si no llevaras nada.

Precauciones

Lavarse las manos y no tocar la mascarilla

Pero más allá de dotar a la población de mascarillas, es igual de importante enseñar a utilizarlas, ya que estas protecciones no sirven de nada si no se usan correctamente. Para ello, deben llevarse a cabo una serie de recomendaciones. Tal y como explica la OMS, antes de tocar la mascarilla, hay que lavarse bien las manos con agua y jabón o con un desinfectante a base de alcohol. Una vez limpias, hay que cubrirse la boca y la nariz con la mascarilla, asegurando que no queda ningún espacio entre la cara y la protección.

Durante el tiempo en el que llevemos puesta la mascarilla conviene no tocarla y, si se hace, hay que volver a lavarse las manos.

Es importante cambiarse de mascarilla tan pronto como se humedezca y no reutilizar aquellas mascarillas que son de un solo uso.

Por último, es conveniente tomar una serie de precauciones también a la hora de retirarlas. Conviene hacerlo por detrás, tirando de las gomas elásticas de sujeción y nunca tocando la parte delantera de la mascarilla.

Una vez retirada, hay que desecharla en un recipiente cerrado y volver a lavar y desinfectar las manos.

Es importante desinfectarse bien las manos antes y después de ponerse la mascarilla, y evitar tocarla mientras se lleva puesta