- Todos los equipos profesionales estaban haciendo lo indecible para evitar algo que, lamentablemente, ha acabado por suceder. En una secuencia que parece seguir al pie de la letra el guión de lo que ha venido ocurriendo en territorios limítrofes, los primeros contagios por COVID-19 han acabado por llegar a centros de atención de los sectores más vulnerables de Gipuzkoa. En concreto, hay once positivos. Cuatro casos registrados en la residencia Iurramendi de Tolosa y siete en dos centros para personas con discapacidad: seis contagios en Uliazpi (Hondarribia) y otro en el recurso Berriz 1 de Donostia.

Ante la evidente preocupación que despierta la expansión del coronavirus, la Diputación lanza un mensaje de tranquilidad a los familiares de usuarios de estos centros. Los equipos sanitarios se han puesto en contacto con los allegados de las personas contagiadas, que han tenido que ser aisladas, tal y como establece el protocolo de actuación.

La portavoz foral, Eider Mendoza, informó ayer de que al resto de residentes, que presentan "buen estado de salud", se les está realizando un intenso control sanitario para cortar la cadena de transmisión del virus, de manera que no haya más contagios.

Los equipos sanitarios están realizando "un seguimiento exhaustivo", de acuerdo con las indicaciones de Salud Pública y Laboral, "y serán ellos quienes tomarán las decisiones oportunas en cada momento", indicó Mendoza. Osakidetza ha realizado pruebas a todas las personas con sospecha de haber resultado contagiadas y hasta ahora todos los casos habían dado negativo.

La especial vulnerabilidad de los residentes es motivo de preocupación en todo el Estado. A este respecto, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, reconoció ayer que sigue habiendo "problemas" en residencias de personas mayores. Tanto es así, que está previsto dar luz verde a "una orden muy estricta" para proteger a los usuarios.

En una rueda de prensa telemática desde La Moncloa, Simón respondió a las preguntas de los periodistas, que le interrogaron sobre el modo de actuar de los centros residenciales y su capacidad para prevenir la expansión del coronavirus. A este respecto, indicó que antes de que las comunidades autónomas tomasen las primeras medidas ya "había una recomendación" del Ministerio de Sanidad para que "hicieran una reducción de los riesgos" asociados a estos centros, que incluían el cierre de los recursos sociosanitarios, la reducción de visitas, y la autorización del personal estrictamente necesario.

Aunque son medidas que se han ido implementando progresivamente, las autoridades sanitarias han detectado que sigue habiendo malas praxis en algunos centros, lo que justifica la nueva orden estricta para proteger a los mayores.

Atendiendo a estas recomendaciones, desde el Departamento de Políticas Sociales se enviaron a todos los recursos residenciales de la red foral los protocolos de prevención y contención, en los que se establecen las pautas a seguir. "Se ha pedido modular en la medida de lo posible los centros, prohibiendo el tránsito interno entre módulos y extremando las medidas preventivas y de higiene". En esa línea, la portavoz foral indicó ayer que se han remitido Equipos de Protección Individual (EPIs) a todos los recursos residenciales de la red foral, en los que se atienden actualmente a cerca de 7.000 personas.

Esta nueva amenaza sanitaria tan cambiante día a día también ha obligado a poner en marcha nuevas planificaciones y calendarios para reorganizar las plantillas y establecer comunicación con los familiares y la administración. "Seguimos en estrecha colaboración y coordinación con Osakide-tza y Salud Pública para seguir respondiendo entre todos y de la mejor manera posible a esta situación tan complicada", señaló la portavoz foral.

Según los datos que maneja el centro de coordinación estatal, hasta la fecha, tres de cada diez personas mayores contagiadas tienen más de 65 años y el 18% ha superado los 75. De estos últimos, hasta un 32% desarrolla neumonías graves. "Son cifras que hay que tomar con mucha cautela porque son parciales y necesitamos datos más individualizados", precisó Simón a los periodistas.

La distribución por edad "no es homogénea" en todo el Estado ya que "hay diferencias" entre unas comunidades autónomas y otras. El experto indicó que la letalidad en las residencias "no debe hacernos plantear quién ha fallado o quién no", sino que hay que centrar los esfuerzos y cuidar al máximo las medidas de precaución porque las posibilidades de contagio son altas. Advertencias que llegan después de conocer que ocho de los fallecidos en Araba se contagiaron en una residencia de Gasteiz.

A falta de datos más detallados de edad en el conjunto del Estado, hay detectados al menos tres fallecidos de menos de 65 años sin patologías previas, por lo que, aunque el impacto en personas más jóvenes es mucho menor, el coronavirus también puede afectarles, tal y como alertó el miércoles la Organización Mundial de la Salud.

El centro de coordinación de alertas del Estado admite deficiencias en algunos centros y anuncia "una nueva orden estricta" de protección