mulando a los donostiarras que en 1597 se encomendaron a San Sebastián para librarse de la peste bubónica, la familia Orbe no ha dudado en desempolvar los barriles que utilizan cada 20 de enero para pedir al santo que libre a la capital del coronavirus. Lo hacen al ritmo de la Marcha de San Sebastián, que interpretan cada tarde, minutos antes del aplauso de gratitud que miles de personas dedican a las 20.00 horas al personal sanitario que lucha contra el COVID-19. Los vídeos de la familia interpretando la pieza de Sarriegi no han tardado en hacerse virales y, en la calle Arrasate, muchos esperan cada día la hora en la que la familia Orbe les hace olvidar, por unos instantes, que nos encontramos confinados.

"Llevamos haciéndolo desde el sábado. Como tenemos a muchos jóvenes que están que se suben por las paredes, creamos el grupo Cuarentena Arrasate para hacer planes como hacer gimnasia, jugar a las cartas, cursos de cocina... Pensamos que teníamos que hacer algo especial con el tema de los balcones. Leímos en la Wikipedia que en 1597 invocaron al santo para que les ayudase con la peste. Estaba claro que teníamos que llamar a San Sebastián con la Marcha. Así empezó todo", cuenta Casilda Orbe, una de las instigadoras de esta particular tamborrada.

Es una de las organizadoras de la tamborrada de padres de Summa Aldapeta, así que no dudó en rescatar del trastero los barriles que guarda. "Alguno ya hasta se ha vestido de cocinero. Cada día nos animamos un poco más", reconoce entre risas.

Son una familia numerosa, así que el número les luce más. De los diez hermanos que son, cinco viven en el número 16 de la calle Arrasate, donde también reside la matriarca de los Orbe, y logran reunir a 23 personas en cada función. Además, se ayudan de altavoces para hacer sonar la música y con micrófonos alientan al resto de vecinos. "Al principio no se animaba mucha gente, pero ahora toca todo el mundo con cacerolas, es muy divertido", cuenta.

La acogida en el barrio ha sido tan positiva que los Orbe han ido ampliando el repertorio. Empezaron tocando La Marcha, se han encumbrado con el Txuri Urdin -son una familia con un profundo sentimiento realzale- y ahora estudian introducir nuevas canciones. El debate está abierto. "Hoy ya estaban hablando de tocar la Marcha de Deba, pero tampoco es cuestión de que estemos hasta las doce de la noche tocando", bromea Casilda. "La Marcha la vamos a tocar todos los días", añade.

La fiesta puede alargarse más o menos minutos, pero lo que siempre respetan es el aplauso al personal sanitario. "Nosotros lo que hacemos es tocar los palillos, para que suene más", indica.

Además, los Orbe están ideando una función especial para este sábado, cuando la matriarca de la familia cumple años. "Le cantaremos el cumpleaños feliz y luego ya veremos. Queremos hacer algo especial", afirma Casilda.

En la calle Arrasate disfrutan con la función. "Los vecinos de enfrente ya se han animado con las cacerolas y tenemos unos señores mayores al lado que están encantados. En el centro hay mucha gente mayor que vive sola y que estos días está encerrada y ver que salen con una sonrisa al balcón... ¡Estamos encantados!", dice.

Y mientras, la familia se entretiene. "Ya que no podemos salir, al menos nos divertimos.", señala.

Volverán a hacer sonar sus barriles cada noche hasta que el confinamiento acabe y animan a los donostiarras a sumarse desde sus casas.

"Al principio no se animaba mucha gente, pero ahora toca todo el mundo. Es muy divertido"

Donostiarra