- El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró ayer emergencia nacional debido al coronavirus, una medida que permitirá desbloquear hasta 50.000 millones de dólares en fondos federales para ayudar a los estados y localidades de EEUU a combatir la enfermedad. "Para dar rienda suelta al poder del Gobierno federal, declaro una emergencia nacional", dijo Trump.

Esa medida facilitará el "acceso a hasta 50.000 millones de dólares" en fondos federales a los estados y localidades afectados por el coronavirus, explicó el mandatario.

Trump también anunció una alianza con el sector privado para aumentar la disponibilidad de las pruebas médicas para detectar el virus, cuya escasez ha sido una de las mayores críticas a la Casa Blanca.

El presidente calculó que EEUU tendrá "1,4 millones de tests disponibles la semana que viene y 5 millones en el plazo de un mes", aunque dudó de que tantas pruebas puedan ser "necesarias". Anunció que Google "está ayudando a desarrollar una página web" oficial en la que los estadounidenses "podrán tomar la decisión de si deben hacerse un test", y si se da la circunstancia, dirigirles al "lugar adecuado".

También aseguró que está trabajando para "que haya pruebas que se pueden hacer desde el automóvil disponibles en lugares con un impacto crítico" del coronavirus, una medida que ya se ha implementado en Corea del Sur.

Sin embargo, insistió en que no quiere que "todo el mundo se haga el test", por considerarlo algo "totalmente innecesario", ya que, dijo, "esto es algo que pasará". "Las próximas ocho semanas serán cruciales", subrayó el mandatario.

Por otra parte, anunció que para controlar el precio del petróleo ha pedido al secretario de Energía, Dan Brouillette, que "compre grandes cantidades de petróleo crudo para la Reserva Estratégica" del país.

Explicó, asimismo, que para ayudar a los estudiantes universitarios, ha eliminado temporalmente el interés en todos los préstamos estudiantiles que dependen del Gobierno federal.

Y agregó que ha ordenado dar más flexibilidad al secretario de Salud, Alex Azar, para modificar algunas reglas en cuanto a las aplicaciones de salud a distancia y para dar la "máxima flexibilidad" a los trabajadores sanitarios.

La declaración de emergencia nacional de Trump se basa en la Ley Stafford de 1988, que permite a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias de EEUU (FEMA, en inglés) ayudar a los Gobiernos estatales y locales en caso de una "catástrofe".

Alrededor de la mitad de los estados del país se han declarado ya también en emergencia, algo que les ha permitido movilizar recursos más rápidamente, ordenar en algunos casos el cierre de escuelas públicas y evitar que se disparen los precios de productos imprescindibles, como las mascarillas y los guantes.

Estados Unidos ha detectado al menos 1.629 casos de coronavirus hasta ahora, y al menos 41 personas han muerto en el país por la enfermedad, según los últimos datos de los gubernamentales Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).

Primer contagio. El primer contagio conocido de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2, tuvo lugar el pasado 17 de noviembre, según una investigación del periódico hongkonés South China Morning Post basada en datos gubernamentales. El rotativo afirma que una persona de 55 años natural de la provincia de Hubei habría sido la primera en contagiarse.

Primer muerto en Ecuador. Las autoridades ecuatorianas confirmaron ayer el primer fallecimiento en el país, una mujer de 71 años que también fue el primer caso de contagio en Ecuador. Salud Pública confirmó que se trata de una mujer ecuatoriana residente en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz que llegó al país el pasado 14 de febrero.

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Italia recibió ayer un avión de China cargado con 30 toneladas de material médico y un equipo de nueve expertos que contribuirán a luchar contra el coronavirus, que ya ha contagiado a 15.113 personas y causado la muerte a 1.016 en el país.

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El holding empresarial europeo Roche ha obtenido una "autorización de uso de emergencia" -EUA- por parte de la Administración de Drogas y Alimentos de los EEUU -FDA- para una prueba de coronavirus altamente automatizada que podría acelerar la capacidad de evaluar a los pacientes hasta diez veces.