donostia - Con un discurso pegado a la realidad, la consejera Nekane Murga volvió a desgranar algunos asuntos vinculados a la salud pública y que más han sido cuestionados durante estos últimos días. Y lo hizo con tono tranquilizador. Después de los sobresaltos informativos que han agitado las vidas diarias de miles de personas en las localidades de Zaldibar, Ermua y Eibar, principalmente, los llamamientos a la calma se redoblan. Antes de que finalice la semana, llegarán a los despachos del Departamento las correspondientes notificaciones del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con las mediciones de las muestras de aire tomadas en la zona cero.

El resultado de las mismas dirá si los niveles de dioxinas y de furanos ha disminuido desde el pasado día 9, pico del incendio en la escombrera. No obstante, la consejera insistió en que una exposición corta no supone un riesgo para la salud. Con todo, desde el derrumbe se han valorado más de 200 sustancias en el aire, algunas con muestras tomadas una o varias veces por día y “otras captadas de continuo durante periodos de tiempo”. Los controles empezaron a hacerse el día 8 y desde entonces “se mantienen a diario de manera ininterrumpida, obteniéndose datos en parámetros de normalidad”.

Por ejemplo, el día 10 ya se tuvo la confirmación de la ausencia de fibras de amianto “y también que no había lindano, y así se han mantenido en análisis sucesivos realizados”. Sin embargo, los equipos técnicos no bajan la guardia y, según sostuvo Murga, los análisis de sustancias con riesgo en el aire se mantendrán “mientras se mantengan las condiciones de riesgo”. De hecho, a la estación de Ermua se ha sumado otra unidad en Eibar y otro laboratorio móvil en Eitzaga.

Con este escenario, la consejera dijo entender y comprender “las dudas de los vecinos” y “su inquietud”. “Sabemos mejor que nadie que con la salud no se juega y les puedo garantizar que hemos actuado y seguiremos actuando desde la responsabilidad, con rigurosidad y con transparencia”, concluyó Murga.