Sin control. "Las administraciones vascas no ejercen el control necesario de los vertederos, ni de las sustancias que en ellos se depositan, así como tampoco realizan el imprescindible seguimiento de estos lugares una vez dadas las autorizaciones", denunció el colectivo Ekologistak Martxan.

Garantías. Eneritz de Madariaga, portavoz de Elkarrekin Podemos en las Juntas Generales de Bizkaia, pidió información sobre "las medidas y procedimientos llevados a cabo para garantizar la salud e higiene de las personas trabajadoras del Servicio de Emergencias" de la Diputación Foral de Bizkaia.

prevención. El responsable de Salud Laboral de ELA, Óscar Abad, afirmó que "la falta de prevención y de control por parte de las autoridades competentes en la materia hacen que tanto los trabajadores de la empresa como los que están participando en las obras de rescate y desescombro hayan estado expuesto a fibras de amianto sin las necesarias medidas de protección".

malas condiciones. Ibon Zubiela, miembro del área de Salud Laboral de LAB, insistió en que detrás de los accidentes de trabajo, que "igual hay que empezar a llamarlos asesinatos", hay "malas condiciones de trabajo". Ibon Zubiela acusó a las administraciones públicas de ser "inoperantes, sordas, ciegas y mudas".

Incomprensible. En un comunicado, la central socialista indicó que "no se entiende que, sabiendo que el vertedero de Zaldibar estaba autorizado para depositar amianto, no se hayan adoptado desde un primer momento las medidas preventivas oportunas".

Errores. "Ha funcionado mal el protocolo, la gestión y el control, y ahora se puede ver afectada la salud de los trabajadores que han intervenido en el desprendimiento", criticó el secretario general de Erne, Roberto Seijo.

donostia - Encontrar a los dos trabajadores desaparecidos es la misión prioritaria, pero se acomete estos días otra tarea titánica como es restablecer la circulación en la AP-8, la principal arteria viaria de Euskadi, sepultada el jueves por medio millón de metros cúbicos de residuos industriales, entre ellos amianto. La imagen ayer era bien distinta al muro de tierra y arboleda que obligó a cortar la autopista y la carretera N-634 a la altura de Zaldibar, lo que ha requerido un enorme esfuerzo para habilitar la vía parcialmente. "No estábamos frente a un talud al uso. No era tierra lo que cubría la carretera. Se habían desplomado cantidades ingentes de residuos de vertedero que había que retirar sin mayor dilación".

Ekaitz Beitia, responsable de la empresa constructora Bycam Servicios, Edificios e Infraestructuras, fue de los primeros en llegar el jueves al tramo del desprendimiento en la autopista AP-8.

Tuvo conocimiento del siniestro a través de los medios de comunicación y se puso de inmediato en contacto con Interbiak, la sociedad pública foral que gestiona el tramo vizcaino de la autopista. La gravedad de los hechos exigía actuar sin dilación, y no tardó en llegar a Zaldibar. "Acordamos llevar a la zona de actuación los recursos de los que disponíamos lo más rápido posible", explicaba ayer, después de una frenética velada en la que los operarios actuaron sin descanso.

La Diputación envió a 45 trabajadores y maquinaria pesada para retirar cuanto antes el material que sepultó la autopista. Intervinieron varias empresas. Bycam, constructora perteneciente al grupo Moyua, movilizó tres de las seis retroexcavadoras que se emplearon durante toda la noche. Además, se utilizó una pala cargadora, doce camiones bañeras y otros cinco Dumper de tres ejes. También se desplazó un tráiler con pinza para retirar el arbolado, se instaló una torre de iluminación, intervinieron barredoras, máquinas baldeadoras para limpiar la carretera y un equipo de cala y retirada de arbolado integrado por seis profesionales. Semejante despliegue de medios da cuenta de las dimensiones del desprendimiento.

gabinete de crisis No había tiempo que perder. Fueron momentos de gran tensión. Los operarios llegaron al lugar de los hechos hacia las 18.30 horas, después de sortear peajes y colarse como pudieron entre el atasco, que no hacía más que crecer en la autopista conforme transcurrían las horas.

Una vez creado el gabinete de crisis, se dio la orden de desescombrar. El problema no era tanto cargar el material como saber dónde llevarlo. Se habilitó para ello una antigua cantera próxima como lugar de acopio provisional. "Urgía actuar lo antes posible para poder rehabilitar la autopista". La maquinaria llegaba de manera escalonada. Beitia y su equipo trabajaron durante toda la noche sin descanso, solo interrumpido por el hallazgo de amianto, que les obligó a parar de 1.30 a 3.00 horas.

El responsable de la empresa comenzó a trabajar sobre el terreno a las 19.30 horas del jueves y no abandonó el lugar hasta las 7.00 horas de ayer, minutos antes de reabrir al tráfico la AP-8 tras despejar los carriles en dirección a Bilbao y hacer un baipás para permitir la circulación también en dirección a Donostia.

Llegó a casa, desayunó, llevó a su hija a la ikastola y volvió al trabajo. "Esto no ha acabado. Se ha reabierto el tráfico de manera provisional, pero hay varias opciones que están sobre la mesa porque la carretera no está en su servicio total", decía ayer, después de diez horas de trabajo que le convirtieron en testigo de excepción. "Lo que más me llamó la atención al llegar fue comprobar que lo que cubría la carretera no era material de un deslizamiento de un talud normal. En otros casos vemos tierra, pero en Zaldibar lo que había sobre la autopista eran residuos de un vertedero". El responsable estaba tan metido de lleno en las tareas de desescombro que no tenía una visión de lo ocurrido en toda su dimensión. "Es como si en un volcán estás junto a la lava, sabiendo que el problema lo origina el cráter; en este caso, el vertedero". Fueron técnicos de su empresa quienes subieron a la loma y pudieron comprobar el destrozo medioambiental, con un desprendimiento que se llevó todo el arbolado que encontró a su paso.

La coordinación de emergencias del Gobierno Vasco les trasladó que las personas desaparecidas no habían sido arrastradas hasta la carretera, por lo que se centraron en retirar el material. "En esos momentos te sientes mal, no tanto por la afección del tráfico sino porque hay dos personas desaparecidas. Nuestro objetivo era despejar la carretera, pero sabiendo que el principal cometido era encontrar a los trabajadores".