donostia - La Diputación de Gipuzkoa instalará botones del pánico en las concesiones de Lurraldebus que faltan por renovar, de forma que toda la flota contará en unos meses con esta medida de seguridad adicional en sus autobuses.

Así lo confirmó ayer la diputada de Movilidad, Rafaela Romero, quien compareció en las Juntas Generales a petición de EH Bildu para informar sobre la agresión con arma blanca que tuvo lugar la madrugada del pasado 27 de octubre en Villabona en uno de los vehículos que cubría el trayecto Donostia-Tolosa.

Aquel día, sobre las 2.40 horas, se produjo una discusión entre dos de los viajeros que se encontraban en el servicio que cubría la ruta entre Donostia y Tolosa cuando, a la altura de Villabona, uno de ellos asestó un navajazo a la altura del cuello de su víctima, provocándole una aparatosa herida.

La diputada explicó que, según el atestado de la agresión realizado por la Ertzaintza, este episodio se calificó como un "incidente de seguridad ciudadana difícilmente previsible", que ocurrió de manera "fortuita" en el interior del autobús, pero bien podría haber sucedido "en cualquier espacio público o privado", ya que la víctima y su agresor se conocían previamente.

Según recordó Romero, fue el propio conductor del autobús quien, gracias a su "buen hacer y cómo reaccionó", permitió la detención, pocas horas después en Tolosa, del responsable de esta agresión, que actualmente se encuentra en prisión. En la identificación del agresor resultaron también clave las imágenes obtenidas por las cámaras de seguridad del autobús, cuya instalación en los servicios nocturnos de Lurraldebus se acordó después de algunos incidentes registrados durante el mes de agosto.

una seguridad de notable Según remarcó Romero, "los servicios de Lurraldebus son seguros", y recordó que así lo perciben el 72% de los usuarios de este servicio. Además, destacó que la valoración media que los pasajeros le otorgan a la seguridad en los autobuses es de 7,7 puntos sobre diez.

Advirtió de que "la seguridad total no puede garantizarse", pero indicó que en algunos servicios especiales como son los nocturnos, se han adoptado medidas adicionales, en colaboración tanto con los propios trabajadores como de algunos ayuntamientos.

En este sentido, la diputada explicó que son los propios conductores los que han rechazado la colocación de mamparas o la incorporación de vigilantes de seguridad en los autobuses, "ya que el resultado no ha sido positivo". En cambio, sí se han instalado cámaras de videovigilancia y todas las concesionarias, a excepción de TSST y Areizaga -que se renovarán próximamente-, disponen de un "botón del pánico" que, en caso de ser pulsado, ofrece imágenes en tiempo real del interior del autobús que son recibidas por los centros de cada operador.

Pero además, se han implementado otra serie de medidas, como regular mediante la policía municipal el acceso al autobús (en el caso de Hondarribia), suprimir paradas conflictivas donde se producían altercados (Azkoitia), o reducir el número de paradas a una por municipio en el horario nocturno, entre otras.