Barcelona - La borrasca Gloria, que causó trece víctimas mortales tras la muerte de un hombre en la localidad tarraconense de L’Ametlla de Mar, mientras tres permanecen desaparecidas, es un “fenómeno meteorológico extremo, cuya magnitud es de las más importantes de la historia reciente por la gran extensión a la que afectó”, de una virulencia “extrema” y “se repetirá debido al cambio climático”. Así lo advirtió la presidenta de la Comisión de Climatología de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Manola Brunet, quien argumentó que el fenómeno “se enmarca en el contexto de cambio climático”, por lo que “tanto como los daños producidos, se deben valorar los hechos objetivos para actuar de manera preventiva consecuente”. El calentamiento planetario, con el aumento de la temperatura en el Mediterráneo durante las últimas décadas, en contraste con el aire frío, altera la circulación atmosférica en esa zona y produjo un fenómeno “de magnitud tan elevada”, explicó la científica.

“Tanto desde el punto de vista económico como ecológico”, los daños producidos por la borrasca Gloria “son muchísimos”, además de haber golpeado especialmente la zona natural del Delta del Ebro, “un humedal único en Europa que necesita su caudal, produciendo un verdadero desastre”. Debido al temporal, en el Delta se inundaron con agua de mar más de 3.000 hectáreas de arrozal, donde el agua penetró casi cuatro kilómetros, “llevándose por delante miles de hectáreas de arrozales, playas, criadores de mejillones, ecosistemas, caminos y puentes”, detalló la presidenta de la Comisión de Climatología de la OMM.

El delta del ebro, engullido El agua de mar “engulló el Delta, rompiendo su estructura de suelo”, que “solo se podrá recuperar con el tiempo, si hay actuaciones decididas de inclusión de agua fluvial con sedimentos abundantes y no se repite un fenómeno como el temporal que ha ocurrido”, remarcó Brunet. El temporal también causó abundantes daños en el litoral, lo que además de a la virulencia del fenómeno, lo atribuye la experta meteoróloga a que en la actualidad “casi no hay playas que actúen como colchón de amortiguación natural ante las crecidas del mar”.

Mientras, la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, anunció ayer restricciones de agua potable en la ciudad y municipios cercanos a causa del paso del temporal. Las restricciones en el suministro de agua potable afectan a todas las personas abonadas a Aigües de Girona, Salt y Sarrià, por lo que ayer dadas las reservas de agua existentes, solo habrá dos horas de servicio hoy por la mañana.