Arrasate - Los vecinos de Arrasate no logran encontrar una explicación para la tragedia que ha sacudido al municipio y suman su dolor al que padecen los familiares y amigos de Sheila Garcia Arnaiz y Jon Ander Kortabarria, los dos jóvenes cuyos cadáveres aparecieron en el interior del coche de este en la mañana de Año Nuevo.

La villa cerrajera despidió ayer a Sheila, de 29 años, y el velatorio de Jon Ander, de 25, a quien no se le oficiará funeral, se instalará hoy en el tanatorio de Arrasate. En medio de tanto dolor, nadie logra encontrar una explicación a lo ocurrido. "Es un palo muy grande, una tragedia. ¡Con lo jóvenes que eran!". Se trata de un lamento que se repite en cada rincón de este municipio consternado por la tragedia y que no ha asimilado todavía el impacto de la noticia. Más aún en los barrios de Musakola y Santa Teresa, donde vivían los dos jóvenes, amigos desde hace años. "Estamos impactados", repetían ayer vecinos de los fallecidos.

Sheila vivía con sus padres y una hermana mayor en la calle Santa Teresa, en las inmediaciones del parking de acceso al instituto, donde ocurrió el suceso. Tras trabajar durante bastante tiempo en el supermercado Lidl, actualmente estaba en Fagor Ederlan. Sus amigos, destrozados, la definen como una chavala "muy alegre y extrovertida". "Se podía hablar con ella de cualquier cosa, era un solete", aseguró a este periódico un amigo que había coincidido con ella en Nochevieja. "Es un palo muy grande", añadió visiblemente afectado. "Tenía muy buen corazón. Era muy amiga de sus amigos", destacó otra amiga.

Jon Ander también vivía en Musakola, trabajaba en Fagor Ederlan y era un apasionado del ciclismo, disciplina en la que había llegado a competir. Otra de sus grandes pasiones era el tunning. "Le encantaba tunear vehículos", comentaron algunos conocidos, que explicaron que el joven trabajó hace unos años en el taller de mantenimiento de vehículos Feu Vert, de Musakola.

Al parecer los dos jóvenes quedaron a las 0.15 horas de la madrugada de Año Nuevo en el bar Aldapa, un conocido local del municipio donde muchos chavales inician las noches de juerga. Se conocían desde hacía años y eran muy amigos.

Disfrutaron con más amigos del comienzo del año y, en un momento de la noche, se retiraron al coche, aunque con intención de regresar con los amigos con los que se encontraban. Nadie volvió a saber de ellos hasta que por la mañana un vecino encontró los dos cuerpos en el interior del vehículo y dio la voz de alerta.

se descarta la criminalidad La autopsia realizada ayer a los dos cadáveres descartó cualquier "indicio de criminalidad" en este fatal suceso, aunque la Ertzaintza mantiene abierta la investigación para esclarecer las causas que llevaron a la muerte de los dos jóvenes.

De esta forma, la Policía vasca investiga ahora si el fallecimiento de Sheila y Jon Ander se debió a una intoxicación por monóxido de carbono, una tesis alimentada por el hecho de que el coche tuviera el motor en marcha cuando se encontraron los cuerpos. - N.G.