donostia - Un año muy cálido, húmedo y marcado por los fenómenos extremos. Así ha sido 2019 en Gipuzkoa, un año en el que los datos dejan en evidencia un cambio de tendencia en el clima y que está provocando un incremento de los fenómenos extremos, también en nuestro territorio. Y es que, aunque todavía haya quien pone en tela de juicio los efectos del calentamiento global y la magnitud del problema, lo cierto es que los datos evidencian una tendencia clara.

Olas de calor, temperaturas que batieron todos los récords y calor inusual en distintas épocas llenaron el pasado año decenas de titulares informativos. "Fue un año muy cálido, húmedo y de muchos extremos", indica el responsable meteorológico de Euskalmet, José Antonio Aranda, quien ayer hizo un balance para este periódico de las principales efemérides climáticas del pasado año. Y si hay una que destaque sobre las demás, esa son las altas temperaturas. "Es algo que es muy llamativo, aunque nos estamos empezando a acostumbrar a ello", aseguró este experto, quien expuso que, "en algunos puntos del interior, se registraron valores extremadamente cálidos". "Eso significa que en las series de referencia que tomamos entre 1980 y 2010, es el año más cálido de todos", puntualizó.

Bastan dos ejemplos para ilustrar esta anómala situación. El 27 de febrero de 2018, la borrasca tropical Emma teñía de blanco Gipuzkoa con una fugaz nevada que se dejó notar especialmente en la costa, donde nevó con fuerza y las playas quedaron completamente sepultadas por un manto de nieve. Un año después, el 28 de febrero del pasado año, la estación donostiarra de Miramon marcaba un nuevo récord de temperatura en un mes de febrero con 28,8 grados.

No ha sido el único récord batido en 2019. El verano también dejó temperaturas que rompieron cualquier marca anterior. Una de las olas de calor más importantes del periodo estival dejó el 23 de julio una nueva marca para la historia: los 41,4 grados registrados en Miramon, que superaron los 39,1º medidos en 2013. Aquel día, buena parte de Gipuzkoa rebasó los 40 grados, unos valores hasta ahora poco frecuentes en el territorio.

Por contra, durante la primera quincena de junio, se produjeron varios días con "heladas fuera de temporada" y temperaturas "muy frías" para esa época del año.

Este incremento del calor también tuvo su efecto en la temperatura del mar, que durante los meses de verano superó los 24 grados. "Se trata de una temperatura muy alta", señaló Aranda, quien expuso que el calentamiento del mar tiene consecuencias directas en las precipitaciones, así como en los episodios de calor.

lluvia inusual en otoño Tanto el invierno, como la primavera y el verano dejaron un balance "seco" en Gipuzkoa, pero las inusuales y abundantes lluvias de otoño han equilibrado de tal forma la balanza que 2019 ha concluido siendo un año "húmedo". Buena parte de culpa la tuvo el mes de noviembre, en el que tal y como recordó Aranda, llovió prácticamente todos los días. "Ha sido un mes récord en cuanto a precipitaciones. Hay registros de más de 600 litros en algunas zonas de Gipuzkoa. Son cantidades realmente muy llamativas", aseguró este experto.

Sin embargo, pese a estos y otros episodios meteorológicos inusuales, 2019 se cerró sin que se decretase ninguna alarma roja (riesgo meteorológico extremo por fenómenos no habituales de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto). Sí hubo un gran número de alertas naranja (cierto grado de peligro para actividades usuales), especialmente relacionadas con el calor, el viento y los fenómenos marítimos costeros, y avisos amarillos (peligro en zonas de alta vulnerabilidad). "Hemos tenido muchísimos, pero en la medida de años anteriores", precisó Aranda.

En cualquier caso, estos datos, sumados a los de los últimos años reflejan un evidente calentamiento del clima en Gipuzkoa. "Parece que un grado no es mucho, pero es muchísimo. ¿Adónde vamos a llegar, a tener en Vitoria el clima de Donostia? Tenemos que hacer todo lo posible para que la Tierra sea más sostenible", apuntó Aranda.