donostia - Faltaban pocos minutos para las 10.00 horas. Un autobús de Lurraldebus se disponía a adelantar un camión a la altura de la curva de Andoain cuando uno de los cristales de la puerta trasera del vehículo se reventó, provocando que una joven de 16 años que participaba en una actividad escolar saliera despedida y quedara tendida entre los dos carriles de la calzada. Era el 29 de octubre y ahora, casi dos meses después, se sabe que el vehículo circulaba a 86 kilómetros por hora en un tramo de 80 y que su mantenimiento "era insuficiente".

Así lo señaló ayer la diputada de Movilidad, Rafaela Romero, quien compareció en las Juntas Generales a petición de Elkarrekin Gipuzkoa para dar cuenta de la investigación en torno a este accidente, que se saldó con una menor herida grave que salvó la vida de forma "milagrosa", tal y como reconocen testigos del siniestro así como su propia familia. Estos últimos, junto con la propia menor herida, acudieron ayer al Parlamento de Miramon para escuchar de primera mano las explicaciones de la diputada.

En su exposición de los hechos, Romero recordó que la Diputación no tuvo conocimiento del accidente hasta "un día después", cuando lo leyó en los medios de comunicación, lo que provocó la petición de las oportunas explicaciones a la empresa concesionaria -TSST- y la apertura de un expediente informativo al tratarse de una "práctica contraria a lo establecido legalmente" . "En paralelo", el departamento que dirige Romero inició un canal de comunicación con la Er-tzaintza a fin de investigar lo ocurrido.

Así, según el propio atestado realizado por Tráfico y facilitado a la Diputación el pasado 25 de noviembre, se constata como "causa posible" del accidente la "falta de mantenimiento necesario del vehículo". Además, el atestado confirma que, en el momento del suceso, el autobús circulaba a una velocidad de 86 kilómetros por hora en un tramo limitado a 80, si bien las diligencias realizadas no advierten relación entre este hecho y el accidente, según apuntó Romero.

tres elementos La diputada expuso que, con base en el atestado facilitado por la Ertzaintza, cabe poner el foco en tres aspectos: el vehículo, sus elementos y su mantenimiento.

De esta forma, según el instructor del atestado, la puerta trasera y su cristal son referidas como "causa posible" del accidente y, aunque la concesionaria manifiesta que está "homologada", la Diputación constata que "carecía de refuerzos o barras adicionales". Una medida que, según señaló Romero, aunque "no es obligatoria, sería garantía de mejor protección" para los viajeros.

También se pone el foco sobre la luna rota, un cristal que, según los pasajeros que montaron en el autobús el día del accidente, "se movía ligeramente y emitía un sonido extraño", y que TSST declaró haber colocado 15 meses antes del siniestro.

Finalmente, en lo que al mantenimiento y la inspección técnica del vehículo respecta, el autobús, que continúa prestando servicio tras el accidente, pasó la ITV seis días antes del suceso.

Teniendo estos tres elementos en cuenta, la Diputación ha decidido adoptar una serie de medidas para garantizar una mayor seguridad a los usuarios del servicio. En primer lugar, se renovarán 24 vehículos de la concesión de Tolosaldea y Buruntzaldea, la única que todavía no ha sido renovada desde 1973 y cuya adjudicación se resolverá "en la mayor brevedad posible".

Por otro lado, el Departamento de Movilidad ha decidido realizar controles "aleatorios, periódicos y continuados" en todas las instalaciones de mantenimiento de las concesionarias de Lurraldebus. Romero explicó que, hasta ahora, estas inspecciones, complementarias a la ITV, se realizaban de forma previa al comienzo de la concesión, pero ahora se realizarán de forma más repetida y sin previo aviso.

Además, los autobuses de Lurraldebus incrementarán algunos elementos de seguridad, tales como barras de sujeción en las puertas, que aumentarán las garantías con las que viajarán los usuarios.

En lo que respecta a la velocidad a la que los autobuses de Lurraldebus circulan, Romero recordó que la competencia del control de la misma corresponde a la dirección de Tráfico del Gobierno Vasco, si bien se solicitará que se realicen "controles aleatorios" para garantizar que los conductores no superen en ningún momento los límites establecidos para cada vía.

Asimismo, se ha solicitado a las concesionarias que incorporen tacógrafos en los vehículos. "No es algo que podamos exigir, porque son recorridos de menos de 50 kilómetros, por lo tanto no es obligatorio pero lo hemos solicitado", indicó la diputada.

Y es que a juicio de la responsable foral, este accidente "ha puesto de manifiesto que existe margen de mejora en la interpretación de la normativa" y que "lo exigible por ley no es lo único garante de las condiciones del servicio". "Nuestra flota es mejorable y las medidas que vamos a poner en marcha supondrán un plus de garantía para los usuarios", aseveró.