- Lleva toda una vida luchando por un mundo en el que la Humanidad conviva de una forma amable. Entre sí y con el entorno que la hace posible , y eso marca. En el tiempo que cuesta pedir un café ya ha empezado una conversación sobre la preeminencia de la fauna doméstica sobre la salvaje. Y apenas arranca la entrevista se interrumpe. "¡Mira, un carbonero!. Son tan bonitos", piensa en voz alta. No sin algo de esfuerzo aterriza de vuelta para abordar una actualidad en la que reclama una izquierda que crezca unida, al tiempo que reivindica los avances logrados por un Gobierno en el que defiende el papel que juega Unidas Podemos para embridar la "tendencia a girar a la derecha" del PSOE" y en el que asume haber tenido que "tragar sapos" para poder "mejorar la vida de la gente".

Sostiene que "no puede haber una política verde si no es muy social". ¿La ecología es cosa de izquierdas?

—El sentimiento de cercanía con la naturaleza no tiene ideología, pero cuando lo tratas de concretar en acciones políticas te das cuenta de que son sistemáticamente las políticas de izquierda las que la defienden. La creación de los parques naturales, la prohibición del uso de sustancias tóxicas, de actividades nocivas... Cuanto más desregulado está el mercado, más acosa los recursos naturales, por lo tanto creo que sí, que históricamente se ha demostrado que las políticas medioambientales son políticas asociadas a la izquierda.

Las opciones que hoy defienden este ámbito se presentan divididas. Podemos, Más País... ¿Considera deseable que se reúnan?

—He defendido siempre que el papel de las organizaciones verdes en un país como el nuestro, donde las leyes electorales son tan restrictivas con las formaciones pequeñas, es la confluencia, es la coalición. Ahora estamos viendo cómo esto está pasando por ejemplo en Francia, donde ha habido una confluencia que de haberse dado antes hubiera llevado a Mélenchon a la segunda vuelta de las presidenciales. Yo entiendo lo verde como una parte troncal, fundamental, pero que debe sumar con otras corrientes para tener relevancia política.

¿Y lo ve posible? ¿Le ilusiona el frente amplio que está llamada a liderar Yolanda Díaz?

—Vamos a ver. Para confluir, lo primero es tener voluntad de confluir. Yo soy bastante frío en mis lecturas políticas, pero creo que se abre una posibilidad de recuperar la fuerza que nos impulsó en 2015.

¿Cree que ella es la persona adecuada para impulsar este espacio?

—Creo que es muy adecuada. De las figuras activas que tenemos es sin lugar a dudas la mejor candidata posible. Que haya diferencias y discrepancias internas es normal, siempre las ha habido. Lo que espero es que entre todos, y especialmente ella como líder del espacio, seamos capaces de encajar las piezas y de hacer una fuerza que pueda mirar mucho más arriba partiendo de lo que tenemos.

¿Cómo ve la salud del Gobierno de coalición que une a UP y PSOE?

—Goza de una mala salud de hierro, porque realmente desde el comienzo de la legislatura se lleva cuestionando que fuera a sobrevivir, pero está sobreviviendo a situaciones terribles, dificilísimas, como la pandemia o la guerra. Creo que hemos aprendido a hacer pactos de gobierno diferentes a los que estamos acostumbrados a ver. Por ejemplo en Euskadi, el PSOE y el PNV nunca discrepan en nada, todo es estupendo. Bueno, es su forma de hacer pactos, pero a mi me parece muy pobre, porque si no hay diferencias políticas, ¿por qué existen dos formaciones políticas distintas? Que se integren y que se presenten juntas, ¿no? En nuestro caso evidentemente hay diferencias políticas. Las manifestamos y son visibles, pero eso no quiere decir que no tengamos voluntad de seguir impulsando a este Gobierno porque creemos que nuestra presencia está siendo efectiva.

Hay quienes defienden que a Podemos le hubiera ido mejor trabajando desde la oposición.

—Es muy difícil valorarlo, pero creo que al final el votante acabará premiando el esfuerzo de mojarse en la gestión. Nos estamos dejando pelos en la gatera, estamos teniendo que tragar sapos, pero también estamos pudiendo hacer muchas cosas. Por eso espero que seamos capaces de explicar lo que estamos haciendo bien y lo que se está consiguiendo con este Gobierno y que finalmente nuestro votante, sobre todo aquel que se fue a la abstención con eso de que votar no sirve para nada, vea que sí que tiene mucha utilidad.

¿Cómo valora el nivel de cumplimiento del pacto que hizo presidente a Pedro Sánchez?

—Teniendo en cuenta que estamos a mitad de la legislatura, lo veo positivo. A veces las cosas se hacen con tanta naturalidad que parece que no han ocurrido. La subida del salario mínimo interprofesional, los ERTE para hacer frente a la pandemia, la reforma laboral, pero también la ley de cambio climático, avances sociales como la ley de eutanasia... Y además tenemos que pensar en lo que sería la alternativa, que a veces sostiene posturas que estremecen.

¿Qué opinión tiene sobre al escándalo de las presuntas escuchas y de la respuesta dada por el Gobierno?

—Me parece una situación muy grave que nos ha dejado a todos con una gran sensación de vulnerabilidad. En un país democrático no se puede espiar impunemente a nadie. Se ha informado de que algunas grabaciones se habían hecho con permiso judicial, pero para mí eso no lo justifica. No es posible justificar que estés espiando a tus aliados políticos, es gravísimo. Y la respuesta de la parte socialista del Gobierno está siendo muy corta, muy insuficiente. No están asumiendo que tiene que haber responsables políticas de esto, que no es justificable. Por acción o por omisión. Si se ha dado la orden de espiar, malo. Y si se ha hecho sin su consentimiento, peor.

¿Está la mayoría que sostiene al Gobierno en peligro?

—Sí, sí está en peligro. No porque lo diga yo, sino porque lo dicen nuestros aliados. Creo que la parte socialista del Gobierno no cuida lo suficiente a sus socios de investidura. Creo que tiene una tendencia natural a mirar hacia la derecha, hacia el PP. Y me parece un error, porque cada vez que lo ha hecho le han dado con la puerta en las narices, la última vez con el decreto de medidas para paliar los efectos de la crisis de Ucrania. No sé cuántas veces más tiene que pasarle esto para que se den cuenta de que hay que cuidar la mayoría de la investidura. Nosotros estamos haciendo esfuerzos para cuidarla día a día porque creemos que es lo que nos corresponde hacer, que es como tenemos que gobernar. Nuestro papel es coser esa alianza intentando evitar que se rompan las costuras por cosas como las que están ocurriendo.

¿Cree que la ciudadanía está sabiendo entender que sus habituales choques con la parte mayoritaria del Gobierno de coalición?

—Yo creo que no lo estamos explicando suficientemente bien. Quizá tampoco tenemos demasiada complicidad con los grandes medios de comunicación y cada discrepancia o discusión se presenta como la evidencia de que el pacto se va a romper, cuando en realidad nosotros estamos diciendo por activa y por pasiva que no vamos a hacerlo, que sólo trabajamos por que las cosas que no nos gustan se corrijan. Pero creo que no, no estamos siendo capaces de comunicarlo adecuadamente. Supongo que en gran medida es culpa nuestra.

Se acercan las elecciones a Euskadi. ¿Por qué cree que es importante una presencia fuerte de esta formación en los ayuntamientos y las diputaciones vascas?

—Porque las políticas que se hacen ahí son las que están más cerca de la gente, y nosotros estamos aquí para mejorar la vida de la gente como demostramos al gobernar Ayuntamientos como Madrid o Barcelona.

A nivel de Euskadi se viene barajando la creación de un nuevo escenario de suma desde la izquierda. ¿Está el escenario político vasco preparado para que esto suceda?

—La primera vez que se habló con fuerza de esta opción fue en las últimas autonómicas, lo planteamos nosotros. Todo el mundo lo vio con escepticismo, pero creo que es una opción que va tomando fuerza, entre otras cosas por que es la opción natural y la que permitiría un cambio efectivo en el gobierno de Euskadi. En Navarra se ve ya con normalidad. Creo que Bildu está demostrando en el Congreso que es un socio fiable. En el PSOE siempre ha generado más rechazo, pero creo que al final se verá con normalidad.

¿Es su apuesta poselectoral de cara a las próximas elecciones municipales y forales?

—Nosotros hemos sido explícitos con ella. Somos favorables a gobiernos de izquierdas a todos los niveles, allí donde sean posibles.

"Nos estamos dejando pelos en la gatera y tragando sapos, pero espero que sepamos explicar lo que hacemos desde el Gobierno"

"El espionaje es gravísimo, no tiene justificación y la respuesta del PSOE muy corta. No asumen que debe haber responsabilidades"

"Que existan diferencias internas es normal. Confío en que junto con Yolanda Díaz, la mejor candidata posible, podamos encajar las piezas"

"La suma de las tres izquierdas en Euskadi es ?lo natural, va tomando fuerza y seguro que pronto se verá como lo más normal"