Junts mantiene una apuesta por la confrontación con el Estado español que se ha dejado sentir también estos días, con una posición más dura a la hora de gestionar las consecuencias del espionaje padecido por los soberanistas catalanes con el programa israelí Pegasus. Tras la reunión que se ha producido este domingo entre la consellera de ERC Laura Vilagrà y el ministro Félix Bolaños, por la parte de Junts se pronunció uno de los afectados por el espionaje, el expresident Carles Puigdemont. Y resumió las propuestas del Gobierno de Pedro Sánchez como "una tomadura de pelo". Lo que pide al Estado es que detenga a los culpables, "porque sabe quiénes son", y que encargue a la Fiscalía una querella por organización criminal.

Bolaños ha anunciado un control interno al Centro Nacional de Inteligencia (sin la auditoría externa que pide el Govern) y poner en marcha la comisión de fondos reservados para que tenga un control parlamentario. En paralelo, el Defensor del Pueblo ha abierto una investigación, y Sánchez pondrá los secretos oficiales a disposición de la justicia cuando se lo pidan.

"La tomadura de pelo continúa", ha despachado Puigdemont en Twitter, para añadir que los soberanistas han sido "espiados sin límites, han violado las vidas de decenas de ciudadanos y saben quién lo ha hecho". "Lo primero que deberían hacer es detener a los responsables, porque saben quiénes son, y encargar a la Fiscalía una querella por organización criminal", defendió.

RECADO DE ERC A JUNTS

La reunión entre Vilagrà y Bolaños llegó precedida de las reticencias de Junts, que dejó caer que la cita no cuadraba con que el Govern hubiera acordado suspender las relaciones con el Estado hasta que anunciara una investigación. La propia Vilagrà devolvió el dardo a sus socios de Junts tras el encuentro, al considerar que "Junts quería una investigación" y que "quizás están contentos con las propuestas del ministro Bolaños". ERC ha realizado también una lectura muy crítica de las propuestas que ha planteado Bolaños, al considerar que la investigación dentro de los servicios secretos no tiene garantías. Mantuvo la exigencia de dimisiones, pero pidió que se aclare quién es el responsable real porque no quieren cabezas de turco.

Por otro lado, desde EH Bildu, Jon Iñarritu, afectado por el espionaje, se ha quejado de que el Gobierno español responda "manzanas traigo" cuando se le pregunta por quiénes han espiado u otras circunstancias sobre este escándalo. "No cuela", ha zanjado en Twitter.