- Alberto Núñez Feijóo será a todas luces el nuevo líder del PP en sustitución de Pablo Casado pero su encaje como jefe de la oposición es complejo porque, al no ser diputado en el Congreso, su posibilidad de confrontar con Pedro Sánchez se reduce al Senado, donde el duelo es solo una vez al mes. Consciente de la dificultad, el gallego ha defendido que le “sobra rol” para ejercer la responsabilidad del liderazgo de la oposición “ya sea en una Cámara en representación de Galicia como senador autonómico o en la sede del principal partido de la oposición”.

Feijóo ha abierto la puerta a su llegada al Senado antes de que el cónclave de los populares le proclame presidente los días 1 y 2 de abril. A partir de ese momento deberá dejar la presidencia de la Xunta y del PP gallego. En la Cámara Alta podría ser senador por designación autonómica, lo que apartaría a uno de los dos senadores elegidos por el Parlamento gallego, Elena Muñoz o Juan Carlos Serrano. El siguiente paso es la portavocía, un cambio que obligaría a dar un paso al lado a Javier Maroto. Como portavoz del PP en el Senado, Feijóo tendría la oportunidad de preguntar a Sánchez una vez al mes, salvo que el jefe del Ejecutivo no pueda acudir por cuestiones de agenda. El duelo parlamentario de la Cámara Alta es distinto al del Congreso. La sesión de control es por la tarde y tanto el Gobierno como la oposición tienen intervenciones de siete minutos, por lo que el intercambio dura catorce frente a los cinco del Congreso.

Feijóo podría además acudir como senador a los plenos del Congreso, epicentro de la vida política, pero sin tomar la palabra. Sí podría hacer declaraciones ante los medios, ser el presidente del grupo parlamentario y hacer uso de un despacho. Como jefe de la oposición tendría además un trato protocolario que le situaría según el Real Decreto 2099/1983, como decimoquinta autoridad del Estado.

En la historia parlamentaria hay, además, un precedente en el que un senador, el entonces líder de Alianza Popular (AP), Antonio Hernández Mancha, pidió participar en el debate de política general. Ocurrió en 1987. La Mesa del Congreso no lo permitió y, ante la negativa, AP presentó una moción de censura contra Felipe González con Hernández Mancha como candidato. El debate acabó con su carrera política y Manuel Fraga recuperó el mando de la formación para refundarla como Partido Popular.

A su llegada a Madrid, Feijóo tendrá que establecer una nueva cúpula en su partido y reorganizar a sus 88 diputados y sus cien senadores. En el Senado se sientan muchos nombres vinculados a los gobiernos de Mariano Rajoy y en el Congreso abundan los diputados jóvenes, fichajes de Casado. Además, el adiós del todavía líder del PP y su guerra con Isabel Díaz Ayuso han generado varias familias. En el Congreso sigue Casado, que se despidió del hemiciclo, pero no ha revelado si volverá de diputado raso. Sí mantendrá el acta Teodoro García Egea, su ex número dos, que al dimitir como secretario general anunció que mantendría su asiento, a pesar de que muchos le responsabilizan de la implosión del PP.

El de Feijóo no es el primer caso de un líder de la oposición que está fuera del Congreso. Ocurrió ya con Pedro Sánchez, en el periodo que pasó desde que recuperó el liderazgo del PSOE, en 2017, hasta que en 2018 su moción de censura tumbó a Rajoy. Está por ver si el nuevo presidente del PP cambia o no la dirección postal del partido en Génova, que además de romper con un pasado de corrupción buscaba reducir sus costes.