- María Chivite reiteró ayer su “compromiso” con un Gobierno “plural y progresista para Navarra. Un mensaje claro en una semana llena confusión y desconfianza en torno al acuerdo que UPN y el PSOE cerraron en Madrid para salvar la reforma laboral. Y que ni socialistas ni regionalistas terminan por desvelar. Tampoco lo hizo ayer Chivite que, no obstante, garantizó que en el acuerdo, anulado de facto tras la indisciplina de Sergio Sayas y Carlos García Adanero, no afecta al Gobierno de Navarra ni a sus política de alianza.

Hay cierto malestar en el PSN por las dudas que sus socios han generado los últimos días sobre su compromiso con la mayoría progresista de Navarra, que consideran interesado. Y que Chivite trató de disipar ayer en el Parlamento en respuesta a una pregunta parlamentaria de la portavoz de EH Bildu, Bakartxo Ruiz, que había pedido a la presidenta que “aclare” su posición.

Ruiz recordó la “doble pirueta” que el PSN protagonizó la semana pasada en el Ayuntamiento de Pamplona y criticó que los socialistas se dejen llevar por “intereses partidistas y decisiones ajenas a política local tomadas en Madrid”. La portavoz de EH Bildu preguntó por ello a Chivite “si va a buscar mayorías que van a estar a expensas de lo que se dicte desde Madrid o van a seguir la línea que han seguido hasta ahora”. “El PSOE se ha dejado tentar por una jugada cortoplacista. Ha priorizado el interés de Madrid por encima de la línea política de Navarra”, apuntó Ruiz, que defendió que en el pasado estas formas de actuar tuvieron “consecuencias nefastas para la ciudadanía navarra”. “Es posible configurar mayorías alternativas a la derecha. La cuestión es si el Gobierno de Navarra y el PSN están en esa línea”, recriminó Ruiz.

La respuesta de Chivite fue tajante. “He dado claras muestras de mi apuesta política y de mi compromiso con el Gobierno progresista y plural, y ninguna presión me va a desviar del camino emprendido, que no es otro que trabajar por el bien de la ciudadanía”, reivindicó. Recordó además el “alto grado de cumplimiento” del acuerdo programático, por lo que pidió a sus socios que no abonen la sospecha, y tengan en cuenta que se ha mantenido firme en la vía política abierta en 2019 “pese a los ataques duros en lo político y en lo personal” que ha recibido “por parte de la derecha navarra”.

Chivite sin embargo no concretó qué es realmente lo que se había pactado en Madrid. Una sombra que el propio Javier Esparza ha alimentado los últimos días afirmando que el acuerdo incluía cuestiones relacionadas con la “convivencia en Navarra”, y que la presidenta trató de disipar garantizando que su Gobierno “no ha tenido ninguna participación ni interlocución en las negociaciones” relacionadas con la reforma laboral. “Los acuerdos que lleva a cabo este Gobierno los hacemos públicos, pero los otros no me competen, y no me corresponde trasladarlos por respeto”, defendió Chivite, que evitó valorar el papel del PSN porque en la Cámara habla como presidenta.

Alegó no obstante que sus socios en el Gobierno, tanto Geroa Bai como Podemos, conocen el contenido del acuerdo desde el pasado jueves. Una mención que no gustó nada a Geroa Bai, que emitió un comunicado acusando a Chivite de contar “una verdad a medias”. Según su versión, la presidenta informó al vicepresidente José Mari Aierdi, “pero solo una parte” y obviando lo referente al ayuntamiento de Pamplona. “Lamentamos que insista en generar polémica donde no corresponde”, criticó Geroa Bai, que aprovechó el cruce de reproches para reclamar “una vez más la necesidad de que el acuerdo sea hecho público”. Una demanda que hizo suya también el PNV y que revela el clima de confianza que se vive estos días entre los socios del Gobierno foral a cuenta de un acuerdo oculto y sin virtualidad, pero que ha puesto patas arriba el debate político en Navarra.