El Gobierno español se somete este martes a un primer examen del Congreso de los Diputados. En concreto, los partidos tienen que convalidar o derogar el decreto que ha vuelto a implantar el uso obligatorio de la mascarilla de manera continuada en exteriores, y con independencia de que exista o no un metro y medio de distancia entre personas, para contener el avance de la variante ómicron.

El decreto está en vigor desde finales de diciembre, y el pleno tendrá que votar si lo convalida o lo tumba. El texto establece que su uso es obligatorio también en espacios exteriores, para mayores de seis años, salvo que se practique deporte individual o en espacios naturales, donde sí rige la excepción de que se mantenga una distancia de un metro y medio con no convivientes. Ante el rechazo del PP, Ciudadanos y Vox a este decreto y las dudas de algunos socios de Pedro Sánchez, Moncloa comenzaba a tener la sensación de que el decreto iba a caer.

En ese contexto, ha repetido una maniobra que ya es habitual en esta legislatura cuando Sánchez ve que se le tuercen los planes: ha introducido en el decreto, en el mismo paquete, una medida social difícil de rechazar y que no guarda ninguna relación con la mascarilla, la conocida como paguilla de las pensionespaguilla , para presionar a los grupos y forzar su voto a favor. Son los denominados decretos ómnibus, censurados ya hace meses por sus socios.

El decreto 30/2021 de medidas de contención del coronavirus será uno más de esa categoría. El Ejecutivo español está filtrando a los medios de comunicación que ya cuenta con los votos necesarios, y se alude de manera expresa a ERC y EH Bildu, aunque fuentes de la coalición abertzale consultadas por este periódico sostienen que aún no han comunicado públicamente su posición oficial. Fuentes del grupo del PNV en el Congreso consultadas por este periódico, por su parte, aseguran que “no hay una decisión tomada”. Confirman que ha habido conversaciones y que el Gobierno español se ha interesado por su posición. Pero, en este momento, el voto del PNV está en el aire. Urkullu es un firme defensor de la mascarilla, aunque no ha ocultado su descontento con Sánchez por no actuar también en otros ámbitos.PENSIONES BAJAS Y MÉDICOS JUBILADOS

En concreto, el Gobierno de Sánchez ha introducido en este decreto unos artículos para que el personal médico y de enfermería ya jubilado y que está ayudando durante la pandemia en tareas relacionadas con el covid pueda hacer compatible ese trabajo con la pensión hasta el 31 de diciembre de 2022. También se incluye el abono, antes del 1 de abril, de una paguilla con la cantidad que tendrían que haber recibido los perceptores de las pensiones mínimas, no contributivas y de viudedad, si se les hubiera aplicado el incremento del IPC.

Son, entre otras, las pensiones del seguro obligatorio de vejez e invalidez no concurrentes, las de viudedad, o las prestaciones por hijos adultos a cargo con discapacidad. Se incluyen artículos también para el trabajo de especialistas sanitarios extracomunitarios. Estos añadidos provocan que algunos grupos se sientan prácticamente abocados a respaldar el decreto.

EL VOTO EN CONTRA DE PP, C’S Y VOX

La oposición sí es clara entre los partidos de la derecha española. La ultraderecha de Vox ya anunció, incluso, que no cumplirá el decreto; Ciudadanos no vio ninguna base científica al uso de la mascarilla en el exterior y redujo la medida a un mero ejercicio de superstición, y el PP condicionó su voto a recibir un informe científico del Ejecutivo español que respalde la medida, y que no ha llegado. Varias comunidades autónomas del PP han defendido el uso de la mascarilla y se alinearon también hace meses con el lehendakari Urkullu cuando apostó por recuperar su utilización, allá por el mes de julio. Pero la posición no es uniforme entre los populares y, por ejemplo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha resistido todo este tiempo a recuperar las restricciones.

También se han oído algunos recelos entre los aliados habituales de Sánchez, y se habló de la posible abstención de Más País y Compromís, aunque los añadidos sobre las pensiones abren un nuevo escenario. EH Bildu, por ejemplo, cuestionó también la medida y consideró que no tiene respaldo científico ordenar la mascarilla al aire libre. El PDeCAT ha sido muy crítico y cree que el cubrebocas da una falsa sensación de seguridad.

URKULLU DEFENDIÓ LA MASCARILLA Y MÁS MEDIDAS

El PNV o el lehendakari Urkullu, por su parte, han defendido que se mantenga la mascarilla, aunque les parece insuficiente y demandan una legislación clara para tener un paraguas si la situación empeorase, ante el caos judicial con decisiones contradictorias. El uso de la mascarilla fue la única medida que salió de la Conferencia de Presidentes convocada por Sánchez en puertas de las fechas navideñas. ERC realizó críticas en una dirección similar.

El PNV no ha aireado estos días su posición sobre el decreto, y el foco informativo se ha centrado en las tensiones con Sánchez por su incumplimiento del pacto para transferir el Ingreso Mínimo Vital, o por su resistencia a blindar los convenios vascos en la reforma laboral.