- "Si la izquierda española puede gobernar sin abordar en profundidad el tema territorial cuando gobierne no abordará en profundidad el tema territorial. Es de sota, caballo y rey". Germà Bel tiene muy clara la conclusión de este condicional, y esgrime como refuerzo su experiencia personal durante "muchos años en la izquierda española". Defiende que él "ha estado siempre en el soberanismo, partidario del "derecho de autodeterminación" y alineado en su día con las coordenadas del PSC. En 2006 pasó a ser partidario de la independencia, y hoy se muestra crítico con la estrategia de las formaciones que apoyan al Ejecutivo de Sánchez, a los que viene a acusar de conformismo.

¿El centralismo responde a una forma de entender el nacionalismo español?

-En el caso del PSOE hay nacionalistas señalados como Bono, García- Page o en su momento Ibarra, pero me gusta más poner el énfasis en el estatismo de este partido. De esto que dicen de partido de Estado o ahora se dice del régimen. En lo sustancial del poder no cede. En temas simbólicos, de lengua y de cultura, es más abierto. Pero el estatismo pone una barrera a los cambios sustantivos. Esta era mi percepción.

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¿El reparto de los fondos europeos podrían articular pequeños contrapesos?

-Mi percepción general es que a los fondos europeos se les ha dado mucha más relevancia que la que tienen. Al final, en subvenciones, son 70.000 millones durante cinco años.

Pero es una cantidad de dinero enorme en muy poco tiempo, ¿no?

-No, no es enorme, es un 1% anual del PIB.

Con respecto a lo que se venía recibiendo.

-Respecto a lo que se venía recibiendo sí. Respecto al Presupuesto General del Estado y de su PIB, no es tan enorme. Creo que se han sublimado una serie de expectativas de ayuda exterior que van mucho más allá que la entidad de estos recursos. Obviamente, si se manejan mejor tendrán mejor efecto, porque en su día los hemos dilapidado en AVE, por ejemplo, porque fondos europeos han llegado por un tubo. Y cuidado, de estos 14.000 millones que van a llegar al año, una parte los deberemos nosotros, porque los fondos europeos no los envía Jesucristo. Es un endeudamiento del Parlamento Europeo, al cual España tiene que contribuir. Es cierto que van a llegar más fondos que el compromiso de deuda que tiene que asumir el contribuyente español. Pero no es que alguien desde un espacio exterior esté enviando recursos. De estos 70.000 que van a llegar de subsidio en total, nosotros tendremos que ser responsables de pagar no sé si 35, 40 o 45.000. Ni es tanto, ni es todo tan regalado. Ahora bien, ha sido la gran pelota con la que todo el mundo ha estado chutando.

No espera grandes cambios en la estructuración económica del Estado con la mayoría parlamentaria actual, pero con un Gobierno de derechas es previsible un poder acentuado en torno a Madrid, ya solo viendo la batalla en el PP entre Ayuso y Casado.

-Yo creo que las diferencias entre el PSOE y el PP se producen en el terreno de lo simbólico y de lo cultural, pero no en el terreno de lo sustantivo. Cuando hablamos del poder de Madrid no estamos hablando de lo simbólico.

Le pregunto por los respectivos bloques que pueden acompañar al PSOE y al PP, que están en liza.

-Sí, pero es que el bloque digamos pro PSOE tiene suficiente con que no gane el PP. Vale, pues ya está, si tienes suficiente con eso, es lo que puedes acabar teniendo, que no gane el PP. Pero no tendrás políticas que vayan contra la noción de poder de Estado.

Así que en la próxima legislatura, si volviese a estar liderada por Pedro Sánchez, tampoco esperaría avances sustanciales.

-Sí puedo esperar por ejemplo en términos generales de libertades civiles y culturales. Mi prisma ideológico también es de centroizquierda. Yo he cambiado de ser soberanista no independentista a ser soberanista independentista, pero no he cambiado en la ubicación ideológica izquierda derecha. Pero en la estructuración del poder del Estado entra en funcionamiento el estatismo.

Pero hay fuerzas en esa mayoría progresista que precisamente no son estatistas, y quieren una articulación alternativa.

-Efectivamente, y yo por eso estaba en contra de la investidura de Sánchez. Porque si usted quiere que el PSOE haga una política diferente, no le deje gobernar si no hace una política diferente. Si tiene suficiente con que no gobierne el PP, va a ganar que no gobierne el PP, pero la política no va a cambiar. Se ve en las infraestructuras. En el fondo, y en la práctica, han hecho siempre lo mismo.

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