- Al margen de las desavenencias con su socio de Gobierno, Unidas Podemos, a Pedro Sánchez se le acumulan los problemas porque la aprobación de los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) no está tan clara como se maneja desde La Moncloa. Mientras el independentismo catalán mantiene su negativa a aprobar las cuentas; el PNV insiste en que el incumplimiento del traspaso del Ingreso Mínimo Vital (IMV), cuyo retraso alcanzará ya esta semana el año, dificulta su respaldo.

El jeltzale Iñigo Iturrate acusó ayer mismo al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y “todo lo que supone la estructura del Estado” de “lastrar” la transferencia del IMV a Euskadi. Tras recordar que existen “compromisos pendientes” con el PNV por parte del Gobierno español desde el acuerdo de investidura, Iturrate defendió la necesidad de que exista “una relación de sinceridad y colaboración” por ser “lo mínimo necesario para llegar a acuerdos presupuestarios”. Así, insistió en que su partido lo que pide es que se cumplan los “acuerdos”, ya que la formación nacionalista es un socio que actúa “con lealtad”, por lo que exige “reciprocidad”. El jeltzale admitió en Radio Popular que existe una colisión “pero lo firmado está ahí”. Por ello, avisó de que el PNV estará “firme y poniendo pie en pared en defensa de las competencias de Euskadi”, como la del IMV, que es algo que “está comprometido”.

Paralelamente, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, advirtió de que ERC está más cerca de votar en contra de los presupuestos que de aprobarlos: “No estamos yendo bien”. El Jefe del Govern aseguró que los niveles de ejecución de las inversiones en Catalunya que incluía el acuerdo de los republicanos con el Ejecutivo en los presupuestos de 2021 “no son aceptables”, por lo que aludió a la necesidad de incorporar garantías de cumplimiento en las cuentas de 2022. El líder de Esquerra añadió que no depende de él y que debe ser el Gobierno de Sánchez el que plantee estos mecanismos de cumplimiento, e insistió en que desde Madrid no pueden pretender que hagan “una adhesión a un proyecto de presupuestos que después no se cumple”. Asimismo, el president contempló que para que ERC se pueda plantear la aprobación de los PGE es “indispensable” que el Gobierno incorpore la protección del catalán en la ley audiovisual.

Todo ello lo separa de la mesa de diálogo bilateral como cauce para resolver el conflicto catalán, sin que en la agenda haya una fecha para una segunda cumbre. Aragonès recordó que pactaron hacer públicas las reuniones cuando haya algún tipo de acuerdo y que mientras tanto “se está trabajando”, ya que defiende que un conflicto de este tipo no se puede resolver en dos meses, si bien al republicano le gustaría que esto también avanzara más rápido.

Con este panorama, desde Junts perciben más posibilidades de que haya un frente independentista para abordar la negociación de los presupuestos de Sánchez. La líder de JxCat en el Congreso, Miriam Nogueras, divisa un “giro discursivo” en ERC en esta cuestión. “Este giro lo hemos visto, porque hasta ahora éramos los únicos que justificábamos nuestro no a los PGE”, sostuvo en RTVE, por lo que no pierde la esperanza de que puedan conformar una entente, a la que se sumaría la CUP.

Según la dirigente posconvergente, todos los partidos independentistas deberían presentar “enmienda a la totalidad a los PGE tal y como están presentados hoy”, por lo que reiteró la importancia de negociar conjuntamente las cuentas para dar fuerza a los 23 votos que representan Junts, ERC y la CUP en el Congreso. “Ir y negociar por separado, al único que da fuerza y confortabilidad es al PSOE”, subrayó. Por ello, todas estas circunstancias no hacen sino redoblar el escepticismo de Junts con la mesa de negociación.